martes, 22 de octubre de 2013

Batallas que parecen guerras.

Una batalla que QUIZÁ no sea propia, pero queda escrita en primera persona.

El día que me borré,ese en el que perdí todo lo escrito en el disco duro de lo que era, arranqué las páginas amarillentas en las que la tinta de lo escrito estaba borroso, y comencé una nueva en la que marqué las bases de lo que sería a partir de ahí.
Ciertamente, sin tener que coger el boli ,para premeditadamente juntar letras de la nueva definición, mi cabeza estableció la nueva ley con preámbulo y artículos.

Miro atrás después de bastante tiempo, siendo ya antiguo testamento todo aquello, que en su momento fue el nuevo comienzo hecho sílabas.
Me enorgullece, de un modo ridículo, el haber sido capaz de mantener lo que decidí a groso modo.
Pero es cierto, que hay pequeños detalles, líneas entre artículos, que no he cumplido a raja tabla.
Mucha gente se pregunta por qué hago ciertas cosas, por qué me he alejado quizá demasiado del concepto lógico de “lo que debería ser”....Por qué parece que he presenciado cien guerras cuando sólo participé en una simple batalla.
Entiendo que no entiendan, yo tampoco lo habría hecho si siguiera leyendo las hojas viejas y ajadas llenas de lamparones.

Quizá (que gran palabra) esa necesidad extrema que tengo de tenerlo todo controlado no sea lo habitual... Me he convertido en todo lo que no era, abandonando en un país lejano todo lo que fuí, y quizá se me ha ido de las manos.
Quizá quien me quiere se preocupa de mi hielo, de ese hermetismo sentimental que yo ya veo como algo natural, pero que el público creía que era caduco y no ven el momento en el que se deshaga.

Muchos quizás, como siempre, que a mi no me preocupan excesivamente.

Pero, a pesar de la ausencia de intranquilidad por todo ello, me sigo sorprendiendo,... Ni de un modo positivo ni negativo, simplemente continuo aprendiendo quien soy, como soy.

Todos podemos cambiar, queda comprobado leyendo mis libros, pero también hay que ser respetuoso hacia quienes en sus pensamientos te tienen … Así que he conducido esa frase que me has dicho hoy, hacia unos minutos de “pensar en todo” en vez de “dejar que me sorprenda todo”.


Puede ser que tu preocupación sea fundada …
Puede ser que el hecho de que la caducidad no se vea próxima sea para ti algo que no puede ser....
Puede ser,... claro que puede ser...

Pero como no sé mentir, para que decir lo que no veo, para que contarte algo que no siento....

Me tomo la licencia de usar un verso ajeno para explicarme. Un verso que ahora siento que es mio totalmente:

Mientras tú sientes mucho y nada sabes,

yo que no siento ya, todo lo sé”.

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