viernes, 30 de diciembre de 2011

Os deseo a todos que elijáis...


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Valoremos a quienes tenemos cerca y lejos, pero tenemos. Recordemos a quienes faltan con una sonrisa por haber tenido la suerte de haber compartido con ellos un pasado imperfectamente feliz. Celebremos la vida. Guardemos la salud y el amor sea del tipo que sea. Tengamos presente a quienes forman parte de nosotros desde siempre. No olvidemos a quienes lo hacen desde hace poco. Soñemos con no tener que soñar. Centremos la mirada en el hoy, en la perfección de lo vivido. Levantemos la copa por la felicidad. Percatémonos de nuestros privilegios. Asumamos nuestros defectos. Exaltemos nuestras virtudes. Queramos hasta el infinito. Rompamos esquemas sin afectar a nadie. Miremos más allá de nuestro micro mundo cómodamente construido. Deseemos quedarnos como estamos. Arriesguémonos a sentirnos plenos. No dejemos pasar oportunidades. Sincerémonos con nosotros mismos. Amemos sin tapujos.
Os deseo a todos que la pasión por la vida os inunde en este nuevo año que se acerca…Que prioricemos nuestra felicidad, sencilla felicidad… Que las sonrisas sean el denominar común de los días que han de llegar…Que esas uvas que tomaremos, a pesar de que no sean las mismas, traigan con ellas deseos, algunos más viejos que el mundo otros renovados, y que todos se cumplan.

Elegid ser felices, elegid sonreír, elegid rodearos de quien os facilita respirar sin pensarlo.

jueves, 29 de diciembre de 2011

"Aquellas no-cuatro paredes"


Descubrió un lugar en el que el tiempo pasaba sin dejar sensación de pasado. Donde nunca había sonreído en negativo. Un lugar que no era nuevo pero al recorrerlo no lo hacía del mismo modo. Ese lugar le había enseñado muchas cosas… Sabía que posiblemente en poco tiempo no podría volver a refugiarse en él, que cambiaría de ubicación en el espacio, que un día al abrir los ojos habría mutado y ya no estaría donde siempre. Pero aún así guardaría un buen recuerdo de aquello. Ese sitio le había regalado protección,  calidez, mil detalles a los que ella no estaba acostumbrada. Entre aquellas “no-cuatro paredes” se había sentido única por primera vez en su vida, al menos a ese nivel,  ese que ella creía que no existía.
Se alegraba de haber conocido aquello, aunque se despediría pronto lo más seguro. Su satisfacción no iba a ser efímera, permanecería en su recuerdo aún no existiendo ya.
Hay quien se fuerza a no sentir, y quien simplemente no lo hace…Hay quien a pesar de ni intentarlo, siente en censurado, y este era su caso.
Se sentía a gusto en su situación actual, a pesar de que en cuanto algo no la cuadraba su cerebro reculaba hasta el infinito. Ahora estaba en ese punto en el que no sabía muy bien por qué, pero su postura indicaba que iba a darse la vuelta al menos para dar un par de pasos en esa dirección.

martes, 27 de diciembre de 2011

Gotas de muchos.

GOTA: Una más de esa colección que ya no es tan pequeña.  Le encantaba caminar hacia aquel lugar en el que siempre se encontraban. Un abrazo y la frase perfecta para ese momento dió el pistoletazo de salida a aquel encuentro. Pasearon como siempre que quedaban. Siempre el mismo camino que se había convertido en un decorado común, familiar, en el que se sentían autenticamente cómodos. Paso a paso se contaban mil y una historias atropellando las palabras, saltando de tema constantemente, olvidando de qué hablaban hace unos segundos. Ella, que siempre pensaba las cosas tanto, que siempre había sido muy consciente de sus límites, relajaba sus neuronas dejando que nada tuviera sentido ni fuese razonable. Su verguenza desaparecía cuando su comodidad se engordaba hasta el infinito.

GOTA: (imagen vista desde fuera). Permanecía sentado mientras la cabeza de ella se apoyaba sobre él. Los latidos de ambos se pausaban, mientras la respiración seguía sus pasos. Que agusto se sentían mientras sus ojos cerrados se dejaban llevar por el mundo de morfeo.

GOTA: Gente que jugaba peligrosamente. A veces los seres humanos tiñen su existencia de una gran inocencia aneuronal que envuelve todos y cada uno de sus actos. Primero deberíamos pensar y luego actuar, pero si nos decidimos por invertir el orden, que al menos sea con valentía.

 GOTA: Un gritito en público. Patos en un estanque. Una moneda lanzada al aire para poder elegir. Una croqueta robada. Cafés compartidos. Unos gnnochis vergonzosos. Unos pocos desastrines de los que valen la pena. Una mantita. . . +1000!!.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Reflexiones de papel.

Dicen que las navidades son una fecha en la que de forma excepcional nos paramos a pensar en el año que vamos a dejar atrás, en lo que nos ha hecho reir y llorar. Pensamos en la gente que nos falta a pesar de que lleven muchos años sin estar. Pensamos en la gente nueva, que hemos adquirido para nuestro libro de vivencias a pesar de que sean incorporaciones recientes y a pesar de que seguramente dentro de un año formen parte del primer grupo. Ella no solía hurgar en su pasado para reflexionar abiertamente sobre los detalles. Pero siendo navidad todo vale. Se percataba de que su vida había cambiado de norte a sur en este año que dentro de seis suspiros dejaría vivido, escrito para releer sin tocar ni una sola letra. Este año era el primero desde que tenía memoria en el que cambiaba un piso en una pequeña ciudad, por otro en una grande. Su vida en la actualidad era feliz,plena,libre,sencilla pero complicada para bien, tenía todo lo que quería tener...Aún así no podía evitar ser responsable con su vida y mirar al pasado, como hacía todo, siempre de cara y con mil miedos que no dejaba que la controlasen. Había sido un año muy positivo que para serlo tuvo que hacerla mucho daño en ciertos momentos. Curioso que necesitemos en ocasiones llorar hasta que duele respirar, para comenzar a saber lo que es sonreir de verdad. Ella seguía sabiendo que era un saquito de palabras mal escritas, que sus fallos eran demasiados, pero valoraba sus pocas virtudes porque envolvían todo de una máxima, no quitarle la sonrisa a nadie conscientemente a pesar de que para ello ella hubiera tenido que olvidarse de la suya propia.
En ese tiempo su vida fue una montaña rusa en las que las bajadas fueron cortas pero le parecieron eternas, y las subidas largas pero se le pasaron en segundos. Continuaba subiendo sin parar, pero sin olvidar que para llegar allí tuvo que caer en picado. No podía sentir como lo hacía antes ni para bien ni para mal, era una realidad.  El tiempo le reeducó los sentimientos, transformándolos en algo mucho más sano, mucho más sincero, distinto a lo que ella conocía.
El daño existió. El amor existió. Y todo sirvió para que ella ahora fuera feliz de verdad, pero le seguía costando eliminar de su registro tradiciones que tenía tan marcadas a fuego en su ser. Los seres humanos somos maniáticos. Los cambios pueden gustarnos pero cuando llegan ciertas fechas nos acordamos de que se produjeron.

"La noche siempre es más oscura justo antes de que salga el sol".

viernes, 23 de diciembre de 2011

Reflexiones navideñas...FELIZ NAVIDAD.


En estas fechas las personas sacamos del armario nuestra humanidad, esa que tan bien sabemos esconder el resto del año. De pronto todos pensamos en aquellos que no tienen qué comer, o que no tienen un techo bajo el que resguardarse del frío. Es curioso que el resto del año, paseemos por grandes avenidas, plagadas de personas cuya casa es un cartón y en muchas ocasiones ni siquiera fijemos nuestra vista sobre ellos. Me viene a la memoria uno de los recuerdos más claros que tengo de mi infancia. La primera vez que tengo memoria de haber estado en Gran Vía, Madrid. Me veo desde fuera, con esa perspectiva que da el tiempo, sin poder dejar de mirar a aquellas personas que no tenían nada. Recuerdo cómo mi madre, que siempre supo que había cosas que me afectaban de forma especial, me llevaba de la mano diciéndome que mirase al suelo…Su forma de proteger mi inocencia fue creando una burbuja en la que no existía nada malo. Pero cuando creces ves la realidad “gracias a Dios”, ves lo que a tu alrededor sucede, por mucho que intenten que desvíes la mirada unas veces para protegerte y otras para proteger intereses ajenos.
Me encantaría pensar que la bondad no es cosa de una fecha concreta. Me gustaría saber que tanto que se nos llena la boca de “humanidad” en esta época de villancicos, somos un cuarto de buenos con quienes tenemos al lado durante todo el año.
Me alegra observar que en un mundo estéril en el que la gente se pisa sin necesidad, compite con quien les tiende una mano, me he conseguido rodear de ángeles. Seres especiales que siempre están, que no dejan de sentir porque sea otro año nuevo, que no conocen la frialdad ni la inhumanidad.
Este año, enfrento estas fechas con un sentimiento especial. Quizá porque he vivido cosas que me han hecho plantearme mi vida de “norte a sur”, dándome cuenta del privilegio que es vivir con esa gente cerca que siempre han estado para bien o para mal… Gente vieja que son mi “familia elegida”, gente nueva que han conseguido hacerse un huequito en lo que yo soy.
Sólo puedo dar gracias por la suerte que tengo y deciros que me encanta poder ser la razón de vuestra sonrisa aunque sea de vez en cuando. FELIZ NAVIDAD.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Siempre....es siempre.


Cuando somos más pequeños solemos regalar nuestro ser al primero que nos hace sonreír de un modo distinto. Con el paso de los años nos percatamos de que no nos arrepentimos de habernos desnudado frente a quien supo valorar nuestros sentimientos aunque fuera en un pasado imperfecto, lleno de taras que se tendrían que haber eliminado hacía mucho. No deberíamos arrepentirnos jamás de haber sonreído para alguien, de haber sentido amor a pesar de que acabara bien o mal. No deberíamos condenar a nuestro pasado por errores en los que hemos participado de forma activa, consintiéndolos. Quizás las lágrimas pesan más que las risas en nuestro recuerdo, pero por eso mismo deberíamos comenzar a involucionar, a ver que todo lo vivido es útil, que nuestros compañeros de juego de otra vida nos enseñaron muchas cosas, quizás a querer, a no temer…a pesar de ser después quienes nos enseñaron a “odiar”, a tener pánico…
Con los años nos hacemos un poquito más sabios, comenzamos a saber…saber a quien darle nuestro cariño…saber a quien poder regalarle sonrisas sinceras… saber a quien vale la pena abrirse…  saber que si nos equivocamos en todos estos “saberes” habrá valido la pena por intentarlo…
Alejarse es sano, pero siempre y cuando tengamos muy presente que aquello existió, que es parte importante de cómo sentimos o cómo no lo hacemos.
Ya sabes que siempre tendré letras que escribirte pequeña…y más cuando vea que tienes vértigo. Hay “SIEMPRES” que lo son de verdad .

domingo, 18 de diciembre de 2011

Monólogos.


Había retrocedido unas pocas casillas.

Algo había cambiado en ella hacía tiempo, se había marcado a golpe de monólogos  la base de su nueva vida. Lo que tantas veces se había dicho a sí misma se había impregnado en su piel. Tanto para bien como para mal, tanto las cosas buenas como las malas, se las impuso con la fuerza que da la realidad, sin dejar que otros se las hicieran ver proporcionándole tristeza o debilidad.
Comenzó a relajarse, a dejar que lo que la protegía quedara a buen recaudo en el armario. Las lunas comenzaron a dejar una estela de noches en las que perdió de vista aquella realidad que tan a fuego se había escrito en su interior. Y entonces sucedió. Aquello no le supuso dolor porque ella pensara en futuro o en algo que quería y no tenía, porque ni se lo había planteado. Pero es cierto que el fondo de eso, lo extrapoló a esos monólogos que tanto le habían servido para asumir. El trabajo que tanto tiempo le costó hacer, se había disipado levemente. Su cabeza tuvo que comenzar de nuevo a repetirla las verdades crudamente…Era una persona más sin destacar, era aquella que debía recordar que fiarse de ciertas cosas era sinónimo de decepcionarse, era la misma que pasó de sentirse hiper querida a sentirse ignorada. Recuerdos de un pasado ya lejano, que no volvería a olvidar y que ahora tomaban más fuerza.
Volvió a coger el punzón para dar forma a ese hielo que su corazón albergaba. La capa era más fina que antes pero a base de cuidados, estaba segura de que el grosor no sólo se recuperaría sino que crecería.

Para ella nada había cambiado en la situación que desembocó en la vuelta a la realidad. Pero había vuelto a sentirse “una persona más en el mundo” y eso le daba pena.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Escarcha.


Salió a la calle y ahí estaba el frío esperándole. Comenzó a caminar. Echaba de menos aquel frío del que luego tanto se quejaba. Pasaban los minutos, mientras iba notando como distintas partes de su cuerpo se quedaban “muertas”, dejaban de tener la sensibilidad normal. A pesar de que la piel le dolía levemente por aquel viento gélido, permaneció quieta en aquel lugar, en el que ella ya sabía que se notaba especialmente el aire. Cuando ya no sentía su cuerpo, decidió comenzar a andar hacia casa, observando uno a uno los rincones de esa tierra que cada día tenía más claro que era “su lugar”, a pesar de que le quedaba poco de estar allí.
Sus pensamientos continuaron fluyendo. Abrió el armario, allí estaba esperándola su “yo” de antes. Se agarró a aquellos pedazos de retales desgastados, y sin soltarlos siguió pensando mientras se prometía no volver a abandonarlos. La única dependencia que figuraría en su vocabulario, sería la que se debía a sí misma. Es curioso que siempre acertaba en sus predicciones fueran hacia otros o no.
Comenzó a helarse, ya en el interior de su casa…Cerró los ojos y sonrió, volvía a ser fiel a quien debía serlo, a su persona. Siempre estaría agradecida a las “aventuras de su pasado” pero desde la perspectiva que le daba la escarcha que le rodeaba.
De pronto se vio marcando un número de teléfono de ese pasado que ella sentía tan lejano, recibiendo un saludo exaltado...Partes de una historia que ella no deseaba escribir.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Vuelta a casa.


Según iban transcurriendo las horas en aquel autobús, según iba acercándose a su “tierra de adopción” más le gustaba lo que veía. Curioso!Se acordó de alguien que no conoce en persona pero de la que le habían hablado el día anterior…Una persona que también era de ese norte que sentía tan suyo, aunque no fuera el mismo pedazo de tierra. Sus ojos dejaron de luchar contra el sueño que le provocaba haber dormido dos horas. Cuando volvió a abrirlos ya estaba cerca, y lo sabía sin tener que mirar el reloj o los letreros, sólo le hacía falta observar aquellos paisajes.  Se puso a pensar en aquella “escapada prolongada” que se había “marcado” en ese mes y medio.  Mil letras sueltas comenzaron a formar palabras en su cabeza: comodidad, ilusión, diversión, cariño…Recordó suspiros. Que incoherente era que se hubiera tenido que ir a una ciudad mucho más grande, llena de gente, para sentirse especial desde su normalidad.
Sonrió, mientras no podía ni quería dejar de observar aquellos prados verdes.
Invirtió el tiempo en gente “vieja” que formaba parte de lo que ella era. Invirtió el tiempo en gente “nueva” que ahora también formaba parte de su historia, de esa historia narrada en tercera persona en muchas ocasiones.
Esperaba que su primer sentimiento al llegar a león, fuera el que adornaría el frío en su cara…  Ni frío, ni esa sensación…Lo que ella predijo en su cabeza no era más que papel mojado. Sí, tenía dentro de ella alegría y pena al tiempo…Pero miraba al pasado con una sonrisa luminosa, una sonrisa por recordar lo bien que le había ido.

No había problema mientras no se olvidara de las voces que le habían acompañado.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La primera cruz...sólo quedaban dos más.


Había tenido un día extraño, muchos pequeños hilitos que al final se convirtieron en una madeja. Cuando fue herida se prometió muchas cosas que salvo excepciones había cumplido y además supo marcar en el calendario tres únicos días en los que iba a acordarse de su pasado por más de tres segundos seguidos. A pesar de que no estaba planeado que fuera así, uno de ellos se había adelantado. El día de hoy, fue una de esas cruces marcadas a vivo color en aquellas hojas que guardaba en su memoria. A pesar de que ese adelanto se debía a algo que le preocupó, le encantó volver a escuchar, volver a oir…Volver a sentir ese calor. Recibió dos “te queremos” que, a pesar de que en el pasado temía escucharlos, los sintió suyos, como siempre, verdaderos, puros (le costaba contener las lágrimas al escribir esto). Aquellas palabras junto a otro puñado de letras le hizo sentirse feliz. No se sintió rara, sino relajada, cómoda, en “familia”. Le encantó regalar esas palabras de vuelta.
Ya sólo le quedaban dos días que superar en el calendario… El primero en vez de pena le trajo mucho cariño… Por desgracia sabía que el que se aproximaba no sería así (y quedaba poco). El pasado no dolía pero sí suponía que esas tres cruces le recordarían lo vivido (ni un día más).

Gracias a ese día, volvía a sentirse un poco humana. Cuando le parecía que se había convertido en "hielo", al fin una lágrima recorrió su cara después de seis meses sin poder hacerlo (gracias a esas voces que sentía suyas). 

martes, 13 de diciembre de 2011

Una llamada inesperada.


Sonó el teléfono. Ella no conocía aquel número. Descolgó el teléfono y al otro lado le esperaba una voz conocida, una voz que en un pasado no muy lejano le encantaba escuchar. Hacía mucho que no hablaba con él. No pudo evitar preguntarle, cómo es que la llamaba… Él lanzó una carcajada al aire y escupió una frase que a ella le sorprendió: “llevo mucho queriéndolo hacer”. A pesar de que para ella esa no era la reacción predecible, la hizo ilusión que le dijera aquello. Comenzaron a contarse todo lo que había pasado en sus vidas desde aquel agosto imperfecto en el que se conocieron. Una vez habían finalizado de narrar esas historias que el otro escuchaba con atención, él le hizo la pregunta que todos le hacían desde hacía ya tiempo. Quería saber hasta cuando estaría en aquel lugar lejano de su hogar. Ella le dio una contestación cero elaborada, una que no había salido de su boca hasta el momento. Y él le volvió a regalar una frase de las que se merecen un lazo: “esta semana tengo que ir un día, prepárate  para recibir una llamada diciéndote que te estoy esperando en tu portal”. Ella no pudo evitar soltar una carcajada.
Al colgar su cerebro le llevó a aquel agosto. 

Dicen las malas lenguas que ...


no hay sensación más plena, que más nos llene, que el sentirnos queridos tanto por parte de quien quiere como de quien ama. Ella había probado a lo largo de su vida pedacitos imperfectos de esa sensación, y tenía que reconocer que era una buena terapia de vida. Pero sabía que la felicidad tiene que empezar y acabar en uno mismo, a pesar de usar complementos como ese. Tuvo que aconsejar a quien quería huir de las complicaciones, a pesar de que ella era la menos indicada para hacerlo pues había estando huyendo durante muchas vidas. Le miró a los ojos y le preguntó que sentía al mirar a quien le estaba complicando. Él respiró profundo y sonrió. Ella no le dejó contestar, le cortó y le dijo: “si esa complicación te hace sonreir, deja que lo haga…No es fácil huir de la felicidad sin que el día de mañana se te vuelva en tu contra”.
Predicaba con el ejemplo de forma genérica, si alguien le hacía sonreir se agarraba a esa persona, si una situación le hacía sonreir la provocaba.
Nadie puede saber qué pasará mañana. Pero está claro que ella quería transmitirle a su compañero de mesa que mejor arrepentirse de lo hecho que de lo que jamás tuvimos el valor de hacer.
Caminaron hasta una boca de metro, cada uno se marchó para coger la misma línea aunque en direcciones contrarias. Se veían de un andén a otro. Antes de que llegaran sus “coches” él le dijo desde el otro lado: “voy a complicarme” mientras su sonrisa no podía huir de sus palabras.
Ella volvió a casa satisfecha de que su amigo fuera a agarrarse a la felicidad. Cómo le gustaba compartir sonrisas de ese modo.



lunes, 12 de diciembre de 2011

Un día raro.


Sus ojos seguían clavados en aquel folio en blanco. Tenía mil cosas dentro de ella, mil sentimientos que deseaba sacar para aliviar la presión, pero no sabía por dónde empezar. Continuó dejando que sus neuronas chocasen sin sentido, escenificando situaciones pasadas. Sintió que lo que ella era, lo que había vivido, a pesar de no haberle mutilado, le había dejado unas marcas llamativas. Curioso que todo transcurriera el día en el que en otro tiempo celebraba un “cumpleaños” (casualidades de esas que se le adosaban a la espalda constantemente). Necesitaba leer aquello que leyó, pero al mismo tiempo lo único que quería era un abrazo aunque fuera fugaz, de segundos…No lo quería, lo necesitaba. No quería volver a pensar en aquello, que en ese día raro, le había hecho dejar los motes en un cajón y había arrebatado la sonrisa que menos se merecía desaparecer. Siempre que se proponía algo así lo conseguía, porque a pesar de ser muy sentimental para algunas cosas, también era extremadamente fría y racional para otras. Había decidido aprovechar, disfrutar, no pensar. Su inspiración no llegó, continuó observando aquel trozo de papel sin ser capaz de escribir ni una sola palabra.

Sólo podía pensar en que seguía necesitando ese abrazo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Huele a café




Un día extraño en el que se había perdido un poco dentro de si misma. Extrañaba lo que todavía tenía cerca. Su melancolía se estaba adelantando, como casi todo en ella. Pensaba en ese tiempo que se le había pasado volando, en el que el reloj nunca era real, contabilizando las horas en segundos. Los cambios, a pesar de tener claro que son parte de nosotros, no le gustaban. Sus neuronas insanas tomaban el bastión de su castillo controlando sus pensamientos encaminándolos a esa idea, al cambio. Estaba a gusto como estaba a pesar de que en todo momento extrañó a sus pedacitos de cielo en la lejanía. Ahora que esa parte iba a sanar, comenzaría a echar de menos lo que ahora tenía. Cuando se juega siempre algo se pierde por el camino.
Le habían enseñado que ese hielo que la recubría era temporal, aunque todavía quedara una gran capa que la rodeaba aportándole una leve tranquilidad. Le habían regalado volver a sentir que podía extrañar a alguien, que podía volver a ser ella, que su cariño no era inútil y que podía brotar sin miedo.
Su valentía estaba herida en cierto modo, no fue capaz de voltearse como hacía siempre para poder ver lo que dejaba atrás. Más tarde se enteró de que si lo hubiera hecho, habría recibido la recompensa de unos ojos que la miraban con ternura.
Había pocas frases que la produjeran verdadera emoción y más cuando eso de sentir algo no era para ella desde que decidió dejar el corazón apartado en una cajita a buen recaudo. “Olía a café…”.
Sonrisas que se encargan de sacarle, a pesar de todo, y por encima de todo. Le gustaba regalarle carcajadas al peso.




.Huele a café...Recuerda.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Restando.


Hoy pensaba distinto a ayer, veía las cosas desde un prisma más racional y menos sentimental. Esto ya se había convertido en una actuación más que conocida por ella en la última época de su vida. No significaba que fuera incoherente, simplemente la emoción se desinflaba cuando ponía distancia temporal con las actuaciones pasadas. Enfriaba a base de golpes de hielo sensaciones que hacía una luna habían alimentado su calor. Sus defensas se activaban rápidamente, en cuando encontraba una pieza del puzle que no le encajaba, en vez de buscar su sitio simplemente la desechaba. Siempre fue de esas personas que se fijaban en los detalles por encima de las palabras, a pesar de necesitar escuchar ciertas cosas tanto para bien como para mal. Sabía que podía volver al punto de partida cuando ella quisiera, a pesar de mil debilidades absurdas, esa no era una. Le habían convertido en una persona fuerte, a pesar de su apariencia tierna y vulnerable. Necesitaba pocas excusas para racionalizar términos y eliminarlos de su registro. Quizá esto le hacía alejarse de la felicidad, pero esa huída le satisfacía y le tranquilizaba cuando era necesario hacerlo.
En el pasado su sangre estaba plagada de idealismo, de espera de sorpresas, de detalles que nunca llegaron…Ahora no esperaba nada, no por un cambio de mentalidad, sino por conocimiento de causa, por saber que esas cosas no ocurren, al menos no a ella. Pero precisamente por esa falta de “esperas”, tenía una vida mucho más sencilla, más clara y más real.
No hace falta poner distancia física para sentirse lejos de alguien…Esto le quedo muy claro hacía un tiempo y ahora volvía a sentirlo así, pero con una sonrisa en la cara mientras lo pensaba…Nadie, jamás la volvería a quitar su sonrisa, podían decepcionarla, podían fallarla, pero jamás quitarle la sonrisa durante más de un par de minutos seguidos. Esa promesa se la hizo un día de calor asfixiante, y la había cumplido hasta el momento a rajatabla…Y lo que es más importante aún, pensaba seguir cumpliéndola, por encima de todo y de todos.

Comenzando a despedirse de esa ciudad mágica ;)


Cuando alguien le nombraba aquella ciudad, que supuestamente era suya en parte pero sin serlo, venían a su memoria mil olores, mil sabores, mil fotos que hizo sin necesidad de cámara…Una sonrisa brotaba de sus labios, sin ser capaz de tan siquiera disimularla.
Otra tarde perfecta que sumar  a esa pequeña colección que por el momento tenía que quedar a buen recaudo formando parte del pasado, pero sabiendo que más adelante podía ser rescatada. Notaban frío que no es frío, mientras esas calles enormes seguían iluminando sus frecuentes paradas bajo las farolas. Pasos encaminados a recorrer una calle ya más que conocida por ella, una cafetería en la que se sentía como en casa. Horas de conversación, en las que en ningún momento dejó de sentir contacto, a pesar de la mesa que le separaba de la persona que le acompañaba. Hablando “pedacitos” de la vida de cada uno, recordando otros que habían vivido juntos, con la comodidad habitual, el reloj le vuelve a sorprender. Comienzan la retirada mientras la noche (porque ya es noche) les regala una estampa perfecta…Aquella gran calle que ha sido testigo de sus últimas semanas, por primera vez la deja verla así, con niebla, permitiendo observar aquellos edificios difuminados, aquellas rayas que las luces provocan “cortando” la bruma. De nuevo, y como viene siendo habitual, el camino a casa se hace en el doble de tiempo al habitual, pareciendo un cuarto del mismo.
Llegan al lugar, toca despedirse. Mil abrazos, una despedida que parece transcurrir en segundos…A pesar de apenarla, de saber que por el momento tiene que dejar esa ciudad y todo lo que hay en ella, sonríe hasta el último momento. Le encanta ver que se rodea de gente que la mira con calidez, que le van a extrañar al igual que ella a ellos.
Se da media vuelta después de mil palabras, y otros tantos abrazos. Comienza a caminar, sin querer voltearse a pesar de que es lo que suele hacer.
Esa primera despedida, se caracterizó por un: “esto no es un adiós, es un hasta pronto”.

Para acabar una canción y un fragmento de la misma: "Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así...." ;)





martes, 6 de diciembre de 2011

Cuestión de fotos...


Aquella mujer que siempre había caminado dudosa por la vida asegurando su memoria a golpe de fotografía, de pronto sentía firmeza en sus pasos, en sus decisiones aún cuando se veía  claramente un tinte incorrecto en las mismas. Para ella todo era digno de admiración, de pasar al recuerdo…En ocasiones una piedra, una simple piedra, era lo suficientemente especial como para tener que inmortalizarla a pesar de que posiblemente a ojos ajenos fuera “parte de un decorado diario”.  Hacía tiempo que sus cámaras permanecían dentro de su bolso, sin darles la oportunidad de guardar ciertos instantes para el futuro. No sabía por qué pero lo que antes era una constante se había convertido en algo que, para ella, pasaba desapercibido. Todo la seguía llamando la atención, pero no tenía la necesidad de disparar su flash para recordarlo.
Un día se encontró frente a aquella gran caja blanca en la que guardaba todas sus fotos, las que ella hizo, las que le hicieron…Su pasado cabía en una caja. Comenzó a verlas intentando seleccionar aquellas que la hicieran sonreír de un modo distinto. Todas le provocaban buenos recuerdos, sonrisas correctas, pero ella no quería adornar su pared con “pasado correcto”, sino con ese pasado que la hiciera sonreír hasta el infinito sin necesidad de nada más.
Se dio cuenta de que el puñado de las que había seleccionado era mínimo en comparación con lo que seguía quedando apartado en esa caja… Un escalofrío recorrió su cuerpo, impulsándola, empujándola a coger una de sus cámaras para comenzar a fotografiar, para empezar a crear un “nuevo pasado” .Su presente era digno de inmortalizar, pero a la vez, exprimía tanto cada segundo que no se acordaba de enfocar el momento más allá de en su cabeza y en su sonrisa.

“Prefería el flash de los ojos que la miraban. Prefería enfocar una sonrisa en su memoria.”


lunes, 5 de diciembre de 2011

Bases.


Como ya he dicho en historias anteriores, ella no creía en aquello de que la gente podía cambiar de la noche al día…La vida que es sabia, y pícara, decidió enseñarle varias lecciones de golpe, entre ellas que eso era mentira. Lo vivido nos va moldeando, en ocasiones puliendo nuestra silueta perfeccionando nuestras formas, en otras marcando sobre nuestra piel surcos que a modo de imperfecciones nos marcan el pasado para que nunca nos olvidemos de lo que fuimos, de lo que vivimos, de lo que nos ha llevado a ser lo que ahora somos.
Había tenido otra de esas situaciones en las que sus palabras brotaban a modo de consejos, y en la que su interlocutor la miraba asombrado y acababa diciéndole todo lo que había cambiado. No podía evitarlo, recibir esas palabras la satisfacía en exceso. Ella se daba cuenta de que no tenía nada que ver con su “yo” de antes, pero aún así muchas veces necesitaba escucharlo para recordarlo y sentirse orgullosa de lo que era en un presente imperfecto pero feliz.
Y una conversación más en ese contador de millones, le hizo ver que esas “taras” que ella decía orgullosa que existían pero no afectaban a nadie, si afectaban, al menos una se había escapado de su cajita hermética que protegía a su alrededor de sus “erratas adquiridas”.
Era una tara curiosa…Cuanto mejor salían las cosas,más fuerza tenía la idea de que algo tenía que cambiar, que algo saldría mal pronto.A pesar de lo que puede parecer dicho así, ella no era negativa, simplemente su realismo se había recrudecido, sumándose a que hacía ya un tiempo decidió dejar de interpretar actuaciones ajenas.
Supongo que en el fondo creía que todos hacíamos daño a quienes teníamos alrededor, fuera aposta o sin querer, y como llevaba un tiempo sin recibir esa parte negativa, permanecía expectante su llegada.
A pesar de ello, ella seguía disfrutando ese presente que le estaban regalando y por el momento le hacía sonreir. Llevaba un tiempo disfrutando de una felicidad que (y esto le encantaba tenerlo presente) no dependía de nada ni de nadie, solo de ella misma.
Recuerda otra frase que le dijo a aquel amigo ese día de invierno, sentados en un banco de una gran avenida café en mano… “Por desgracia en esta vida nadie es imprescindible”.

domingo, 4 de diciembre de 2011

"SIENTEN"


¿Por qué todos creemos que la felicidad en parte depende de no sentirse sólo, de tener a alguien al lado con quien compartir nuestra existencia diaria tanto para bien como para mal, pero relacionándolo directamente con que esto implique amor de quien ama, no de quien quiere?. Estaría bien que comenzáramos a darnos cuenta de que esa “compañía” no tiene por qué ser una pareja, puede ser un amigo, relación mucho más sana que aquella en la que el corazón se ciega y hace que escupamos mil puñales por la boca. La opción de compartir sentimientos con otra persona, es una buena opción, no digo lo contrario… siempre y cuando nos percatemos de que nuestro mundo no comenzó junto a ese ser, y por lo tanto no acaba en él. “Siempre existí, antes, durante y después de quien sea que decida acompañarme en la vida. El único responsable de tus éxitos, de tus virtudes, eres tú mismo, no quien los disfruta sentado en el mismo sofá”. Ultimamente me he convertido en alguien a quién le confían los problemas amorosos… Yo!?La menos indicada a pesar de que, a ojos ajenos, soy algo así como una experta. Mi nueva perspectiva del mundo, ese que gira a una velocidad desorbitada alimentando mi sonrisa, por lo visto es más que alentadora… Mi irracionalidad, se convierte en “sentido común” cuando he de aconsejar sobre el amor ajeno… Sin dar más que esas palabras que considero son las adecuadas desde mi punto de vista (siempre), recibo un mundo, lo mejor que se puede recibir, una sonrisa de quién hacía un minuto sólo podía llorar, unas palabras mágicas: “no sabes lo que me has ayudado” de quien hacía segundos sólo podía “escupir” palabras llenas de negatividad… Por esto mismo digo, que a pesar de tener o no una pareja, nos tenemos que dar cuenta de que ya compartimos nuestra vida con alguien, con esos amigos que pusieron su hombro para que tu llorases y ahora te lloran en el tuyo, sin que eso suponga un esfuerzo por ninguna de las partes.
Para esas dos personas, que últimamente se han apoyado en mi para quitarles un miguita de su propio peso, les digo: que nada se acaba, que todo empieza…Que el responsable principal de nuestra sonrisa somos nosotros mismos…Y que estoy orgullosa de teneros junto a mi porque sois personas que "SENTÍS" con letras mayúsculas. OS QUIERO.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Mezclando gotas.






Días en los que se quiebra tu chaleco antibalas. A pesar de ser una persona feliz, que había conseguido encontrarse a si misma, una persona que se consideraba privilegiada por encima de todo...A pesar de eso, también tenía "días raros". En ocasiones, muy puntuales, ella también necesitaba que la abrazaran, y eso era más fácil si tenía delante a cualquiera de los cuatro elegidos con los que a ella le daba igual mostrar cierta "vulnerabilidad", pero ahora no los tenía a mano. Su sonrisa, en ese día extraño, se alimentaba con frases de sus amigos, que en la distancia parecia que se habian puesto de acuerdo para justo en ese momento decirle todo lo que se le echaba de menos, lo que le necesitaban. Pero a la vez aquello le hacía pensar, tenía muchas ganas de volver a estar rodeada de quienes le calentaban cuando hacia frío, pero tambien pensaba en que aquel libro que llevaba escribiendo un tiempo se acabaría según sintiera en su rostro el frío de su ciudad tan lejana a lo narrado en las últimas semanas. Curiosa mezcla la que resulta de poner en un recipiente unas gotas de alegria y de pena, cuando ambas las produce la misma acción. Este día en el que su sonrisa, a pesar de no haber desaparecido, andaba mas distraida, tenía un previo, un macking off que era en gran parte el responsable de su estado. Circunstancias que te recuerdan que tienes un pasado, uno en el que fuiste herida con una flecha envenenada. Sabe que esta totalmente curada de ello, pero aun asi la cicatriz siempre quedará ahi para recordárselo. Ella veía su "marca de guerra" sin pararse a pensar ni un segundo en lo que la produjo, hasta que alguien se apoyaba sobre ella, y a pesar de no doler ya, le producía una sensación grimosa.