martes, 31 de enero de 2012

Un beso en cuatro líneas.


Las ideas corrían pasillo arriba, pasillo abajo. Ausencia del sentido del “ayer”. Cambios de dirección constantes en su mirada. Sonrisa, como a ella le gustaba, como ella necesitaba, presente sin mutación. Las palabras fluían sin tener conexión con el resto de su ser. Nadie forzaba nada. Los segundos volaban sin necesidad de tenerlo en cuenta. Fue callada con un beso, seguido de un millón más.



lunes, 30 de enero de 2012

Feliz NO cumpleaños mi niña!


 “El sol entra por la ventana del salón. Una mujer de edad avanzada permanece sentada en el sillón mientras siente la calidez de los  rayos en sus manos arrugadas. Escucha los gritos de sus nietos jugando en la otra habitación. Decide coger un álbum de fotos que hay en la mesita  al lado de ella. Observa las fotos de una vida plena llena de recuerdos que la hacen sonreír. Fotos que le provocan amor, alegría y ternura. Comienza a pasar las páginas, mientras cada momento inmortalizado le conduce a un pasado lejano y no tan lejano. Muchas de aquellas fotos le sorprenden…Su memoria no es la de antes!.Hay cosas que no recuerda, pero aún siendo así no puede dejar de sonreír al ver a sus compañeros de viaje. Suena el timbre. De pronto comienzan a entrar una a una las personas de aquellas fotos, personas que son recuerdos vivos de una camino vivido con mucho amor.”
En un día como el de hoy, en el que celebramos tu aniversario, queríamos regalarte un pedacito de memoria, de esos que se recuerdan incluso cuando uno es viejito y las arrugas y el tiempo han conseguido borrar de la mente mil y una vivencias. El día de tu cumpleaños se caracteriza por un sentimiento de nostalgia, que este año debido a la fecha de su celebración no tendrás. Siempre lo hemos celebrado de un modo u otro. Lo has celebrado con tu familia (aunque con una parte de ella nunca ha sido posible hasta ahora), con tu novio, con tus amigos en Salamanca, en León… Hay gente que no se repite en las fotos año tras año…Hay gente que son partes importantes de ti… Posiblemente dentro de medio siglo, recordaras sólo algunos de estos momentos.
Lo que queremos es que este cumpleaños lo recuerdes siempre, no sólo porque es un “no cumpleaños” en enero, sino porque es el primero en el que nos tienes a todos. Queremos que forme parte de ti, igual que tú nos has regalado mil historias que forman parte de quienes te queremos.
Muchas veces has escuchado el término “familia elegida”, aquella que siendo o no de sangre son familia porque son quienes darían lo que fuera por verte feliz. Mira a tu alrededor y verás, que quienes estamos aquí en tu día tenemos la suerte de que formes parte de ese término. Tenemos la suerte de que seas parte de lo que fuimos, de los que somos y de lo que seremos. Cada lágrima, cada momento agridulce y cada alegría se ha completado con tu compañía.
Nos has regalado muchas sonrisas, y hoy, en tu día (tres meses después) queremos devolverte una minúscula porción de lo que tú llevas dándonos tantos años.
Un número más en tu vida. Uno que esperamos todos te traiga lo mejor del mundo.
Un número más que compartir con quienes te consideramos una parte importantísima de nosotros.
Te deseamos ante todo, que sigas sonriendo al mundo como lo haces, que sigas iluminando a quienes tenemos la suerte de compartir contigo este camino. Y que la felicidad en este día y en el resto de los días te acompañe mientras nosotros seguimos viendo cómo lo hace.
Te deseamos muchísima felicidad y para eso no es necesario que sea catorce de octubre! Te queremos muchísimo.  


Mil y una historias contadas ya en pasado que forman parte de lo que somos y seremos. Momentos que son inolvidables sobre todo por quienes los compartieron con nosotros.
Comienzas a leer mientras los ojos de tus acompañantes no se separan de ti. Comienzas a leer rodeada de quienes te quieren y comparten contigo tu vida. Comienzas a leer con elcalor que podamos aportarte sentados junto a ti.

jueves, 26 de enero de 2012

"j....f.....d.....s......"


No solía hacer participes de su tristeza a quienes tenía junto a ella. No solía decir en voz alta las  heridas propias para no contagiar a los demás. Solía intentar salvaguardar a quienes tenía junto a ella intentando alimentar esa felicidad ajena. Eso siempre le había completado su propio bienestar. Y de pronto un día se cansó de entenderlo todo, de estar siempre para todo, de excusar las malas acciones ajenas, de no poder odiar, de no guardar resentimiento. Esta navidad le había regalado una situación curiosa. Había coincidido cara a cara, en el mismo grupo, con alguien que participó hace mucho en herirla, alguien con quien ella se había imaginado mil veces en esa situación, viéndose a si misma decirle con mucha educación las palabras adecuadas para demostrarle que no había perdonado. Pero la realidad fue otra, a pesar de todos los pesares, le bastó un buen gesto de esa persona para que su cerebro perdonase, para no tener ningún tipo de reproche que ofrecerle… Quizá, detalle a detalle, sus neuronas se encaminaron a pensar en el conjunto. Ella no era una persona especialmente buena, todos tenemos maldad… Así que esa no era la excusa a las estupideces que hacía, a su “jodida forma de sentir”.
¿Por qué no sabía guardar rencor?...¿Por qué olvidaba siempre lo malo, apiadándose de las personas por un par de simples acciones de bondad?... ¿Era tan tonta que con un detalle la tenían contenta?.
Muchas preguntas comenzaron a recorrer su cabeza. Y llegó a una conclusión… Consentía situaciones, entendía los límites que los demás marcaban sin tener en cuenta si estos eran los que ella quería, respetaba las necesidades ajenas intentando ayudar a que se cumplieran sin que nadie mirara por las suyas y luchara por su felicidad. Era la única culpable de muchas cosas que le pasaban. Luego se quejaba de no recibir lo que daba...Ingenua!.
No era normal no odiar, no poder reprochar al día siguiente de un enfado… Igual que se calentaba, se enfriaba. La memoria le fallaba cuando a fallos ajenos se refería.
Y llegó el día en el que se cansó. Se cansó de que nadie arriesgara por ella, que nadie observara sus detalles, de que nadie se muriera por arrancarle una sonrisa, de que nadie viera sus necesidades esforzándose por cubrirlas buscando únicamente su felicidad.
Sólo quería aprender a comportarse como los demás lo hacían, sin arriesgar partes de ella, sin involucrarse en una felicidad que no era propia.

Mañana todo esto quedaría a ojos ajenos en un simple recuerdo, un mal día.Mañana se volvería a forzar a ver solo lo bueno, a excusar que los demás no le demostrasen lo que ella si demostraba... Aunque le tocaba pensar, y eliminar aquellas jugadas que no le demostraran que ella era algo más que mero atrezzo de una obra de tercera.

miércoles, 25 de enero de 2012

Sentir.


Dentro de su exigencia extrema a la hora de querer a alguien….
Nunca había sido muy exigente respecto a la gente que compartía con ella su vida. Era de esas personas que cuando quería solía hacerlo teniendo en cuenta los fallos ajenos, respetándolos hasta el extremo. La base de la bondad de quienes formaban parte de su mundo le era suficiente para alimentar sus relaciones.  Esos fallos no eran grandes, ni importantes, sino cosas como que sepas que una amiga no coge el teléfono para llamarte y eso no significa que no te extrañe… Personas que necesitan que no les hables de ciertos temas, a pesar de que te mueres por hacerlo… Gente que mira egoístamente para sí, sin que eso implique que no les importes. Siempre valoró lo bueno por encima de lo malo.
Pasan los años, pasan las historias, y con el tiempo seguía igual, pero distinta. Continuaba no pidiendo más cosas de las que recibía, asumiendo esas pequeñas “marcas de conducta” que todos tenemos, pero en ocasiones concretas eso si había cambiado ligeramente.
El pasado siempre sirve. Aunque creamos haber perdido el tiempo, no lo hemos perdido sino invertido en ser lo que somos. Su pasado le enseñó lo que no quería para su futuro, a pesar de no tener muy claro lo que si deseaba. Era una persona curiosa, con mil defectos a los que le encontraba el lado positivo. No quería compartir trozos de ella con personas que no la valorasen, que no arriesgaran por su compañía, que no vieran en su persona ese “algo especial” que ella no veía… Lo cierto es que le gustaba la gente complicada, pero sólo aquellos que le hacían más sencilla la vida. No le gustaban los retos como en el pasado. Muchas veces tuvo que luchar por pasar más tiempo con alguien, por conformarse con el “sin detalle”, por ser feliz con lo que le aportaban los demás aunque no fuera suficiente. Y hasta hace unos días no había pensado en ello… No quería conformarse, no quería ser quien luchase, no quería tirar de carros propios y ajenos… Para variar deseaba que fueran los demás los que lucharan por tenerla al lado, por disfrutar de lo poco bueno y mucho malo que ella representaba.
Sentir implica luchar y arriesgar… A pesar de que queramos no hacerlo, si no luchas, pierdes sin darte la oportunidad de lo contrario. Si lo haces, te arriesgas a ser feliz. ¡Cada uno decide!.

martes, 24 de enero de 2012

Cantos de Sirena.


Un día sin previo aviso él se acordó de ella. Comenzaron a charlar como siempre, sin necesidad de temer silencios, eso era una cosa que entre ellos nunca había existido. En otro tiempo, hablaron mucho, compartieron mucho, y por todo ello, le guardaba mucho cariño a ese compañero de vivencias, de llamadas, de risas y de muchas cosas. A pesar de que ya no pasaban las horas contándose su día, riéndose de su alrededor, comentando sus jugadas, él apareció y a ella le agradó saber de él.
Se preguntaron por sus vidas en las semanas que no habían hablado, pero como siempre con un toque especial, no tenían ningún tabú, se contaban lo más íntimo, aunque implicara bajarse los pantalones, demostrar debilidad, o demostrar la estupidez humana… Se entendían, ¡siempre lo hicieron!.
Coleccionaban trocitos de vida paralelos en ciertos aspectos, a pesar de ser tan distintos ella siempre pensó que eran muy iguales. Cuando se conocieron venían los dos del mismo camino, compartieron parte de él, y continuaron complicándose en brújulas ajenas asemejando situaciones, pero a la inversa.
Las letras se encaminaron a un advertencia: “Cantos de sirena”… Con eso me lo dijo todo, sin tener que decir nada.

sábado, 21 de enero de 2012

Diario de una tumba.


Sus ojos cerraron normalmente, como hacía cada noche para seguir respirando sin tener que pensar en hacerlo. Cuando se dio cuenta su cama no estaba, el calor de aquellas mantas había desaparecido… Ya sólo sentía la fría madera rozando su piel. A pesar de ir en contra de todo pronóstico, su respiración no se aceleró ante dicha situación. Comenzó a pensar y a investigar aquella caja angosta en la que se encontraba metida. Sus paredes eran rugosas, no estaban pulidas, incluso le sorprendió clavarse una astilla mientras tocaba aquella superficie en busca de algo más que la hiciera entender. Tras unos minutos, sintió el tacto de “algo” junto a ella, dónde tenía las manos al principio, era una linterna… Consiguió encenderla, no sin esmerarse mucho para conseguirlo. Alumbró sus pensamientos, vio lo que sus sentidos le habían mostrado en la oscuridad, a excepción de algo que si era nuevo, había una cuerda que traspasaba la caja del exterior al interior. Su cabeza dedujo que se encontraba en otra época. Su parte supuestamente racional, fue la encargada de entender que irracionalmente se había trasladado en el tiempo, para ir a esos años en el que las tumbas eran unos simples tablones con los clavos justos para aguantar su forma. Ese tiempo en el que se dejaba en las tumbas una cuerda que, en el exterior, acababa en una campana, por si alguien era enterrado erróneamente con vida.
Continuó respirando con normalidad y decidió utilizar aquella línea de vida más tarde, cuando hubiera pensado en sus cosas lo suficiente. Le corría por las venas una absurda indiferencia que le hacía afrontar aquello con tranquilidad. Llamativo teniendo en cuenta que ella solía adelantarse a las situaciones, se asfixiaba con facilidad…Y no olvidemos que se encontraba en una situación en la que cualquiera hubiera tirado de la cuerda al segundo de entender para qué era.
Pensó todo lo que tenía que pensar y tiró de ella. De pronto volvió a sentir el calor de las mantas, la comodidad de su colchón… Se despertó donde siempre lo hacía, pero de un modo distinto. Aquella caja llena de tranquilidad inapropiada le había enseñado todo lo que necesitaba aprender.
“Vivimos una vez, pero morimos las suficientes como para valorar cada suspiro”.

jueves, 19 de enero de 2012

Secuelas, taras, y demás regalos!


Todos tendemos a ver los errores en las combinaciones ajenas. Las propias siempre son las que perdurarán, las que están construidas con materiales férreos, las que no son susceptibles de cambios… Lo nuestro siempre es lo mejor. Podemos creer que un comportamiento en otro es incorrecto, incluso criticarlo, mientras una persona que queremos actúa en espejo y en vez de regañar, asumimos sus actuaciones escudándolas en matices que distinguen ambas situaciones, inapreciables para ojos objetivos.
Algunos diseccionamos nuestras acciones pasadas, desmembrando tanto las letras positivas como las negativas, sonsacándoles la información necesaria para ver nuestros fallos, nuestras actuaciones nada beneficiosas, de las que con tiempo podemos exprimir el contenido necesario para continuar aprendiendo de nosotros mismos y , lo que es más importante, de quienes compartieron segundos a nuestro lado y nos enseñaron a ser mejores.
Hay algunos fallos de esos de los que hablo que no son directamente nuestros, pero consentir es asumir que somos responsables en el mismo tanto por ciento que quien protagonizó malas acciones, o más bien inapropiadas.
Todo esto es positivo, porque se aprende más de los fallos que de las virtudes o buenas acciones. Pero todo deja huella, todo marca sobre la piel surcos para recordarnos que en el pasado estuvimos vivos…Unas positivas, otras no tanto.
Hay quien se llena de secuelas, taras, o malformaciones de pensamiento (como queramos llamarlo) que les impide vivir ciertas situaciones con la normalidad que aportaba la “virginidad respecto al dolor”. Como en todo, hay grados… Una persona puede convertirse en un ser totalmente desconfiado y de pronto encontrar a quien le aporte a modo de amistad la tranquilidad que sólo da la confianza. Pero aún sucediendo eso, de vez en cuando, esas secuelas deciden tomar el mando desplazando esa parte racional que se basa en lo que se conoce, para liberar todos aquellos miedos que se encargan de gestionar las situaciones buscando, o centrándose en partes del puzle que no le cuadran, imaginándose lo peor… Creyendo que no es lo peor, sino lo que realmente hay detrás de una situación que aparentemente se caracteriza por la normalidad.
Todos de un modo y otro estamos tarados… Hay quien esconde esa parte de su personalidad, hay quien las expone faltándoles solo vender entradas para admirarlas… Y hay quien, como yo, es de las primeras, excepto con quien es de las segundas.

Piel contra piel, necesidades desde la “no frialdad”.

Se encontraba dentro de un juego que le gustaba, del que no deseaba ni una sola carta más de las que ya tenía en mano. Las miraba y se sentía cómoda, mientras su sonrisa permanecía en su rostro. Sentía que no quería cambios,aún sabiendo que las cosas cambian. No observaba sus cartas habitualmente pues no tenía que pensar en ellas, simplemente la comodidad invadía sus venas cada vez que su corazón bombeaba sangre. Su situación tenía un toque de especial que no es fácil de encontrar, a pesar de muchos pesares, a pesar de que en el presente no quería más de aquello que lo que ya tenía entre manos.
Sólo encontraba una pega a aquella jugada que a ojos ajenos tenía un tinte de absurda pero que a ella no le perturbaba lo más mínimo. Era una persona de esas que “tocan”, que necesitan en ciertos momentos sentir la cercanía física de la gente que ella había dejado entrar en su vida. Un abrazo puede llegar a convertirse en la necesidad del momento en ocasiones en las que tienes amigos lejos, aún  no habiendo sucedido algo notablemente negativo. A pesar de que sus voces alivian, a pesar de que ella estaba habituada a tener amigos en la distancia, nunca se acababa de acostumbrar. Tampoco quería acostumbrarse a la frialdad de no extrañar el tacto de alguien que ella “consideraba” dentro de su mundo. Le encantaría que querer algo fuese sinónimo de que fuese a pasar… Y en el fondo sabía que ,a pesar de que ella no era de las querían muchas cosas, sino algunas pocas y básicas, seguramente no pasarían. Pero como he dicho antes no se acostumbraba, no quería hacerlo, así que seguiría con esa sensación hasta que esta desapareciera por cansancio o hasta que se rompiera con una sorpresa.

"Sus yemas se niegan a enfriarse hasta el punto de no necesitar el tacto que otras pieles le aportan."

miércoles, 18 de enero de 2012

"Mus"



Nos pasamos la vida jugando. Apostando unas veces arriesgándolo todo a un solo color, otras poniendo “lo nuestro” de igual manera en blanco y negro para poder asegurarnos parte del resultado. Seamos más o menos aventureros, todos jugamos. Hay quien juega enseñando sus cartas, hay quien lo hace escondiéndose algunos ases en la manga, y quien juega “al mentiroso” a pesar de que estén a mus.  Mil formas de hacerlo, mil formas de ser…
Existen unas reglas preestablecidas, otras que en un momento dado pueden ser marcadas por los participantes…Pero, en realidad, cada uno decide qué reglas seguir y cuáles omitir. Muchas veces creemos saber con certeza qué persona es la que está lanzándose un órdago a grande sin un solo rey… Observamos los ticks de nuestros contrincantes, analizamos sus reacciones no controlables al ver sus cartas… Pero, el buen jugador, sabe que quien tiene delante puede contar con ello, con que relaciones esos ticks con la falta de éxito de su jugada.
Yo juego, y soy de esas pocas que van siempre a chica… He oído ya muchas veces la frase de: “Jugador de chica, perdedor de mus”, y he de decir que la vida sorprende, que la chica gana órdagos, y que moneda a moneda se llegan a completar las cuarenta.


martes, 17 de enero de 2012

Mirada.


El poder de una mirada…cuantas veces habré hablado de ello. Hay quien te mira y sientes lo que no dice, lo que puede llegar a esconder con palabras descompuestas, lo que miente a golpe de vibración. Los ojos son la parte inconsciente de nuestro mundo, lo más puro que permanece pase o no pase la vida, nos hayan hecho reír o llorar. Es la parte que nos recuerda que fuimos niños, que dice (antes que nosotros mismos) lo que queremos, lo que nos gusta, lo que sentimos. Si somos observadores, a nuestro alrededor, se suceden a diario mil historias en las que la protagonista es una mirada… Dos personas que se desean sin tener valor de decirlo en alto, personas que tienen algo que no puede ser mostrado al público por miedo o por prudencia… Mil historias y todas apreciables si observamos la forma de mirar. Pestañeos ralentizados que pretenden despertar deseo, complicidad entre pupilas que desde fuera se aprecia con nitidez.
Hay quien prefiere mil palabras bonitas, yo soy uno de esos seres que prefiere unas pocas, siempre y cuando vayan acompañadas de la mirada adecuada.
Transparencia, “incapacitación para mentir” de lo que nosotros no controlamos, de los pocos rincones de nuestro cuerpo que no pueden disimular lo que pensamos.
Demasiadas palabras para el recuerdo, verdaderas de ellas tan sólo un puñado. Decepción por una mirada que resultó no ser sincera, ninguna. Contador desigual que aporta magia y claridad a nuestros días.


domingo, 15 de enero de 2012

Pupilas dilatadas.


Música tranquila de fondo, aportando armonía a la situación. Luz tenue que crea un juego de sombras imperfectas sobre la pared. Bailoteo de las llamas de las velas mientras las luces y sombras corretean musicalmente a su alrededor. Una copa de vino sujetada con ambas manos llena de aroma perfecto sus sentidos. Acompañada por sí misma, y el vacío. Su respiración pasa inadvertida en este escenario en el que se ve desde fuera y en blanco y negro.
Desea pocas cosas pero siempre protagonizadas por la sorpresa y la ilusión. Quizá eso es lo único que no tiene, una dosis equilibrada de detalles que no se espere. Hacía unos meses se había tranquilizado, eliminando de la partida la incertidumbre de las cartas que le tocaban. Ahora sólo la mitad seguían boca abajo, el resto mostraban todos los secretos de la partida.
Continuaba intuyendo las formas de su alrededor mientras sus pupilas dilatadas en la oscuridad seguían armoniosamente relajadas.
Tenía lo que quería, no se podía quejar de nada. Le habían regalado pedacitos puros de algo que suele ser enturbiado por sentidos ajenos. Respiraba profundo y seguía sin poderse quejar.
Lo que más le había gustado siempre de su nueva vida, era poderse sorprender con sus reacciones, con una pequeña colección de locuras sanas y con aquellas sorpresas que había recibido aunque posiblemente llevaba demasiado sin una.
Terminó su copa de vino. Suspiró. Y mientras la rellenaba de nuevo, sonreía a pesar de saber que le faltaban detalles que le aportaran pequeños momentos emocionantes.

sábado, 14 de enero de 2012

Cinco "solos".


Sólo deseaba sorpresas de las que no se construyen a golpe de talonario.

 Sólo sentía que quería volver a reconocer la  ilusión sin que esto implicara empeñar partes de su ser.

Sólo quería recibir un detalle cercano que le recordase por qué se había metido en aquella situación.

Sólo quería recuperar esas cosas que creía hace nada y que se basaban en la igualdad de lo “no sentido”, en extrañar la cercanía, en ver que importas a quien te importa.

Sólo necesitaba un chute de renovación, de vuelta a lo que pensaba hace nada, situación en la que creía todas esas cosas sin querer o necesitar creer más.

viernes, 13 de enero de 2012

Esencia perdida.


Miro a quien me acompaña, a esa familia elegida que tantas cosas me aporta. Escucho sus palabras, observo sus miradas, comparto sus vidas. Y cada día me siento más orgullosa de ellos, de cómo son, de cómo viven, de lo especiales que son. Hace unos días nos reunimos unas cuantas y hablamos como siempre, sin necesidad de pensar. A medida que iban pasando las horas me alucinó darme cuenta de lo únicas que son, de todo lo que han conseguido, de cómo el tiempo les ha cambiado sin que pierdan su esencia. Como siempre, mientras las situaciones pasan, yo me marcho durante unos segundos de la conversación para pensar en esto o aquello, nunca fui una persona que dejara que la vida pasara sin reflexionar. El orgullo se desborda por mis poros cuando veo que son personas luchadoras, que nunca se han escondido por miedo, que lo que tienen ha sido porque nunca huyeron de las complicaciones. La palabra “imposible” siempre la han transformado en un “quizás”, y con tiempo en un hecho más real que la vida misma.
Yo soy la que siempre luchó, la que siempre las animó a embarrarse en la búsqueda de una sonrisa, la más positiva quizá, la más lanzada posiblemente… Pero yo que si he perdido parte de mi esencia, seguramente porque me he cansado de endulzar ilusiones para que me las arrebaten sin más. Ahora soy yo la que necesita que le alimenten a golpe de maquillaje de situaciones ante el realismo más crudo que surge de mis neuronas. Con una diferencia, soy más cabezona.
Ya no me gustan los retos como antes, ya no tengo las mismas ganas de involucrarme en cada guiño, ya no soy  la que persigue lo que quiere sino la que huye de lo que le apetece si no se lo ponen en bandeja.
Todo lo que critiqué en un pasado imperfecto, es lo que soy ahora mismo. Cambio de perspectiva que no me perturba pero que de vez en cuando pasa por mi mente, intentando ser consciente de lo que soy, de lo que he decidido ser.
Siempre hay que ser responsable de lo que decidimos, de en lo que nosotros mismos nos hemos convertido, y por ello yo me responsabilizo de cada fría pauta que mi cerebro me ofrece y que yo tomo como norma impuesta.

Borrones.


Hoy se había dado cuenta de algo que nunca antes vio en sí misma a pesar de hartarse de verlo en el prójimo. Se había percatado de que ella también tenía pequeños borrones que le afectaban en su forma de sentir, en sus deseos o esperanzas…Que le impedían avanzar tranquilamente y que enfriaban situaciones, sin consentirla relajarse del todo aunque lo hacía en buen grado ultimamente. No quería que nada cambiase en su realidad. Se sentía a gusto con el hoy, sin necesitar nada profundo, si acaso ciertos detalles superficiales como determinados gestos o letras , o un abrazo que se estaba alargando en el tiempo… Había cambiado hasta el punto en el que lo único que de verdad deseaba era eso, ese abrazo sin más, cómo hasta ahora sin complicaciones ni extrañezas. Y eso era lo único que necesitaba de verdad aún sabiendo que no lo tendría en demasiado tiempo, por esa suerte extraña que le acompañaba. Su futuro no sabía si se llenaría de otras cosas pero su presente era este, y le hacía sonreír.
Se había convertido en una persona a la que le costaba sentir, le costaba regalar ciertos pedacitos de su ser. En una persona de esas que no le da vueltas “al mañana” mientras su pasado le llene de ilusión. Su existencia se había convertido en simple, esa ilusión y alguna sorpresa le eran suficientes para alimentar su día a día.
Antes pensaba demasiado, esperaba demasiado…Y resulta que hoy en día no esperaba nada ni pensaba en nada que implicara comprometer partes de su ser.
Su fortaleza solía no apreciarse por razones que ella podía imaginar, pero ella sabía que existía, sabía que la tenía desde hace no muchas vidas, y que esta era la responsable de que a pesar de parecer una persona que sentía con mayúsculas, cada miga de cariño que sentía suponía un gran esfuerzo por no alejarse en dirección contraria.
No sabía si mañana querría la luna y las estrellas a sus pies, pero hoy sólo deseaba felizmente  la tierra que pisaba. 

miércoles, 11 de enero de 2012

Juguemos.


Hoy sus latidos se habían retirado a un segundo plano, pasándole el testigo a sus neuronas. Volvió a tener que enfadarse con ella misma, regañándose sin piedad, con crueldad y firmeza…Era la única forma en la que se podía hacer espabilar a aquella “idiota” que se había lanzado al abismo sin dudar. Se había cansado de sentarse en aquella mesa con la incógnita de no saber qué juego tocaría ese día, teniendo que ir recordando las normas sobre la marcha. Comenzaba a valorar ciertas cosas que habían pasado por su vida de un modo lineal, que consideraba básicas, y que ahora se percataba de que no debería dar por hecho nunca más.
La gente de su alrededor normalmente ilusionaba sus pensamientos, no le arrebataba esa sensación a golpe de situación trivial. Se había dado cuenta de mucho en un segundo. Que te saquen de tus errores es útil, cuanto menos.
Siempre tuvo paciencia pero una vez que llegaba al límite, el desencanto cubría cada poro de su piel, impidiendo que hubiera ganas de cosas que antes le hubiera encantado hacer.

Vuelvo a recordar aquella frase que me dijiste hace ya mucho y que cada día tiene más fuerza: “Tu tiempo está a punto de finalizar. Para volver a empezar”.

Finalizar para volver a empezar.


En su vida nada era sencillo, nadie le regalaba locuras si no era a cambio de mil perturbaciones… Su alrededor no esperaba ya historias bonitas que no tuvieran un millón de nudos.
Alguien le dijo en una ocasión que su tiempo estaba a punto de finalizar, para volver a empezar. Esa frase volvió a su cabeza una noche después de mucho tiempo. Se acordó de esas tres rosas que le regalaron en julio y que le alegraron la no alegría. Que curiosas son estas cosas, podemos recordar algo o a alguien que habíamos olvidado sin venir a cuento, de golpe, sin previo aviso. Volvía a sentir esa extraña sensación que ya conocía, esa que le volvía a “no consentir” ciertas cosas, la que limitaba sus pensamientos y actuaciones, incluso sus sentimientos. Volvió a reconocerse en el espejo, ¡qué gran noticia, se sentía tan libre, lo único que deseaba era demostrárselo a si misma y pronto!. Le hacía gracia darse cuenta de que cuanto más fría fuera por dentro sin que nadie pudiera percatarse de ese hielo, más feliz era, más plena era su sonrisa. Comprendió mucho con pocas palabras.
Llegó un momento en el que se dejó llevar por las situaciones, sin enfriar cada guiño en su interior. Pero se había agotado su reserva de calor, y volvía a sentir frío del que nadie te impone, sino del que tú mismo estableces fervientemente sin mirar atrás. Muy pocas personas sabían distinguir ese cambio en esta mujer, para los demás todo parecía seguir igual, pero no era así.
Su debilidad se convertía en dureza cuando ella decidía que era lo correcto. Persona cerebral a pesar de aparentar la fragilidad que aporta lo sentimental. Bipolaridad escrita a fuego, como digo a menudo.
Sus ojos brillaron durante mucho tiempo a pesar de que otras tantas veces no podían ver por las lágrimas. Ahora ni una cosa ni la otra. Se negó hace tiempo, no regalaría su primera mirada del día, y ahora volvía a pensar en todas aquellas cosas que marcaron los últimos meses y que tan a gusto le hacían sentir consigo misma.
Había decidido pensar en el presente desde su perspectiva de escarcha, eliminando todo aquello que no fuera coherente, dejando de prestar ciertas partes. Al fín volvía a ser ella, hoy iba a dormir como los ángeles.


martes, 10 de enero de 2012

Una colección de nuncas, de siempres, ... de quizás!


Espero que te sirva leerlo, lo prometido es deuda.

Sentía que estaba alimentando su sonrisa a golpe de placebo. Vivía cosas que nunca antes había vivido, al menos de ese modo, y le gustaba la sensación que le dejaba el paladear dichas situaciones. Pero la boca se le llenaba de un sabor amargo en el momento en que su raciocinio le recordaba que lo que estaba viviendo no era real. Tenía muy presente que mañana podía ser el día en que se esfumara el espejismo en el que ahora se encontraba.
Lo ficticio adjudicaba significado a sus momentos, a pesar de que parecían auténticos vistos desde fuera. Estaba claro que era un ensayo sin decorado para practicar sin tan siquiera ponerse la ropa de la actuación. Esos actores no eran quienes se subirían al escenario a recibir aplausos, simplemente tomaban medidas para más adelante ver si podían estrenar con otro reparto. En ocasiones es mejor observar en “abstracto”, sin poder ver las líneas que construyen las formas. Ella veía cada punto, cada pincelada de lo que tenía, sabiendo que no tenía nada de aquello.
Los sueños en ocasiones se tornan en pesadillas, eso le había quedado muy claro en su pasado. Hoy, sin saber qué pasaría mañana, se sentía a si misma, sin frialdad, pero sabía que dentro de poco su realidad le golpearía empujándola a huir en dirección contraria sin mirar atrás. Necesitaba que el apuntador le recordase el guión, necesitaba que los actores que le rodeaban dejaran lo ficticio al bajarse del escenario… Pero sabía que cuando el telón bajaba las palabras, los gestos, los detalles no podían ser auténticos en cuanto a que tenían marcada una fecha de fin para aquella obra.
“Nunca se puede decir nunca, quizá mañana un siempre se convierte en polvo, o un jamás en un algo eterno…Lo único que puedo tener claro es que haré todo lo posible por no perder aquello que me hace sonreír”… Una gran frase que escribí para una amiga hace no mucho, pero que hoy en día sé que tiene límites… Nadie puede querer si no le quieren, nadie puede sentir si ve que no sienten por ella.

jueves, 5 de enero de 2012

Aquelarre.


Ayer recibí un chute de energía positiva, de esos que no son habituales. Muchas conversaciones, unas aptas para todos los públicos, otras tantas codificadas para quienes no estuvieron allí. Amigas que comparten, no importa el qué, simplemente comparten. Todo es tan natural, sin tener que medir palabras, sabiendo que no hay mayor sinceridad que la que albergan aquellas paredes. Personas que saben mejor que tú misma lo que eres, cómo eres, qué sientes o dejas de sentir. Preguntas, consejos, historias. A veces puede no gustarnos el consejo ajeno porque no cuadra en tu puzle de sonrisas actual, pero se medita, se valora y posiblemente se lleve a efecto, por aquello de que es el que te da una de las personas que más te quiere. Reunión de brujitas en la que nunca falta ese vino que caracteriza casi todos nuestros momentos de palabras atropelladas, de salto de tema sin sentido, de falta de silencios. Ante todo esto me hace sentir privilegiada, porque a pesar de que a veces la vida te da una pequeña torta, yo tengo gente que las vive conmigo con total transparencia.
Me encanta no tener que dudar sobre nada entre aquellas voces. Con cierta gente no hay respuestas en el aire, no hay preguntas en las que la voz tiembla…Sabes, simplemente sabes.
Paso de mochila, paso de complementos, … ;)  .Tengo algo mucho mejor.
Gente que te regala su energía, que te hace sonreír, sin quitarte nada de eso a la media hora.
Me gusta demasiado la gente que regala, y cada día menos la que presta.

martes, 3 de enero de 2012

Trocitos.


Pequeños pedacitos de post que nunca he llegado a publicar. Sin relación entre ellos. Sin ser la protagonista la misma persona.
A veces regalamos un “para siempre” de modo precipitado. Posiblemente en el momento en que esas palabras brotan de nuestro interior, las digamos con la convicción absoluta que tan sólo aporta el conocimiento de algo ya sucedido. Pero con el tiempo, nosotros mismos vamos cambiando mientras la tierra rota sin percatarnos. Nuestros deseos, nuestros sentimientos, nuestro modo de afrontar la vida… Todo muta sin tener que implicar algo negativo o positivo, simplemente ocurre. No debemos arrepentirnos de haber dicho tales palabras, pero sí debemos aprender a no regalarlas sino a prestarlas, sabiendo que los “para siempre” en realidad son “hasta que cambie de opinión”.

Aquellos hombros le rodeaban de un modo distinto, abarcaban cada centímetro de su piel, le protegían a la perfección de todo lo que sucedía alrededor. Sus manos no concedían descanso, no paraban de rozarla, no estaba dentro de sus planes perder el contacto físico mientras se tuvieran frente. Sus ojos se cerraban únicamente para disfrutar del momento, sin tener que pensar en un mañana, o en un pasado. No desaprovechaban los segundos, pero no se afanaban por llenarlos de fuegos ficticios. Simplemente las cosas sucedían, sin pararse a pensar en qué tenía que suceder. El final perfecto, siempre un abrazo.Condensación que los cuerpos produjeron.

Nuestro karma nos obliga a enfrentarnos a nosotros mismos, no nos permite escabullirnos con excusas baratas o con pequeñas triquiñuelas con las que si despistaríamos a otros. Es el encargado de devolvernos lo que dimos, para bien o para mal. No creo que lo haga otorgando “desgracias” a quienes erraron, sino haciéndoles ver que lo hicieron con pequeños detalles que sólo hacen un pequeño daño en sus mentes, socavando su tranquilidad, limitando su felicidad.

Dos frasazas de una amiga que es una gran twittera:

“Con tan solo un beso, sabrás todo lo que he callado”. 
"El silencio es el grito más fuerte."

lunes, 2 de enero de 2012

Leído entero.Resumen perfecto.


Una Nochevieja distinta. Normalmente el cambio de año lo representan a la perfección esas doce uvas que comemos como si nos fuera la vida en ello al ritmo que nos marcan las campanadas, en mi caso almacenándolas en la boca por ser incapaz de comer a tal velocidad. Este año fue distinto. Entre conversaciones y vino, se pasaron las doce sin que nos percatásemos. Cuando nos dimos cuenta de que ya habían transcurrido unos minutos de más, nos tomamos las uvas de la mejor forma en la que me las he tomado en mi vida. Con mi abuela riéndose hasta llorar, escuchando las carcajadas de mi madre, y observando la sonrisa de oreja a oreja de mi padre, mientras yo en medio del salón hacía de “reloj de la puerta del sol” cantando los cuartos y las campanadas, a destiempo y de un modo único. No podía imaginar una entrada de año tan especial, tanto que hasta conseguí que mi mami (abuela) se marcara un par de bailoteos conmigo.
La magia continuó con tres llamadas telefónicas. Todas tuvieron su tinte especial, todas en aquel momento me proporcionaron una sonrisa plena. Dos personas que adoro, que forman parte de lo que soy desde hace mil vidas, y otra que a pesar de que me la ha prestado este 2011 estuvo presente en ese momento.
Pasé una noche en la que vi mucho amor a mi alrededor, independientemente del que me dieron a mi mis amigas y familia. Tuve la suerte de compartir pedacitos de esa noche con varias parejas que me dejaron asombrada, que me enseñaron muchas cosas con sus miradas, que me regalaron felicidad por ver que todavía hay gente que “ama” y lo que es más importante “ama bonito y a quien yo quiero”.
Me fui a dormir muy contenta, no por mi, sino por lo que me transmitieron aquellas personas que se amaban con miradas, que se querían con sonrisas, que se necesitaban con roces. Mi ternura se multiplicó antes de cerrar los ojos y dejarme llevar por el mundo de los sueños.
Año nuevo trajo consigo muchos regalos de los que no se pueden tocar. Conversaciones que necesitas. Cariño de tus amigos. Empezaba el año del mejor modo, dándome cuenta de cuanta gente maravillosa me quiere. Marcando metas para este año en el que me quiero poner tanto las pilas. Planteándome un par de cosas que he de cambiar.

Viendo al fin la realidad de quienes si me echan de menos como yo lo hago, y quienes demuestran no hacerlo a pesar de sus palabras endulzadas químicamente.