jueves, 25 de agosto de 2016

La Espera.

Llamaron a la puerta. Dio un salto, se anudó la toalla y se apresuró hacía ella a tanta velocidad como le permitían sus pies mojados  y resbaladizos. Sin pensarlo dos veces, sin mirar a través de la mirilla, su mano se lanzó fuertemente hacia la manilla abriendo bruscamente.
El gesto le había resultado doloroso, puesto que se la había clavado al no medir su entusiasmo.

Cuando hubo abierto, ya no había nadie al otro lado. Miró hacía el felpudo y ahí se encontraba … Un papel que le mencionaba que su paquete no había podido ser entregado y que volverían a intentarlo.
Ella deseaba aquello que le mandaban y con tanta ansia había pedido… Pero nunca llegaba a tiempo. Siempre acababa encontrándose esa nota que la invitaba a ser paciente, que la obligaba a ello sin que ella pudiera hacer nada para remediarlo.

Ya le había sucedido unas cuantas veces…Tantas que ya se planteaba que la culpa de su espera la protagonizaba quien veía en el espejo.
“Quizá tardé demasiado en salir de bañera”… “Quizá, sabiendo que podían traerlo ese día, no debí salir a dar aquella vuelta”… Mil quizás que cubrían de responsabilidad en primera persona su psyque.
Nadie entendía ese enfado que mostraba por no recibir aquello… Ya llegará decían mientras pensaban en que no se podía ser tan impaciente… Es una simple caja.

Llegó el día en que se relajó,se olvidó de aquella entrega interminable, de aquel juego del gato y el ratón que parecía estar viviendo con aquel repartidor.
Pasaron los meses, los años  quizá!… Llegó hasta tal punto que no recuerda cuantas agendas cerró para no volver a abrir mientras ya no esperaba nada.

Y un día, de pronto, cuando ella se había liberado de aquella presión más propia de un niño la noche de reyes que de un adulto, sonó la puerta. Sonó como lo había hecho un millón de veces más sin descubrir al otro lado lo que quería.
Abrió calmada, sin pensar en lo que en otra época la cubría de prisa. Allí estaba aquel ratón escurridizo con una pequeña caja rodeada por un lazo rojo. Ella sonrió desonfiada de que aquello no se pareciera a lo que había querido.

Lo cogió entre sus pequeñas manos, se aproximó al sofá y lo abrió.



"Nunca antes había valido tanto la pena una espera".




martes, 20 de octubre de 2015

Escribe...Dibuja....Aprende.

Escribe para que nadie te entienda...
Para que, quienes te lean crean tener la certeza de lo descrito, en realidad totalmente equivocada.
Para que el único capaz de traducirte sea quien forme parte de cada historia.

Escribe para ti, tus pasos, sus pasos, aunque pongas las palabras en un cartel de bienvenida  para compartirlo.

Sé así de incoherente.

Dibuja sin reparos, construyendo sílabas a golpe de pincelada, sean buenas o malas.

Libérate de gustar, de querer agradar..
Sé, escribe, lo que eres sin símbolos de suma o resta.
No busques más que lo que tengas que encontrar porque sí, porque así debía ser.
No fuerces capítulos que se ven de lejos que son paja, aprovecha tu bolígrafo para enriquecer el libro, no para que pese más.

No consientas que nadie te diga que es malo tener caracter, sentirte segura.
No consientas que nadie maneje, sino que comparta lo que eres.

No consientas lo que no debes.
Respeta cada letra propia, empezando por el título y terminando por el FIN en mayúsculas.

Vivimos entre un millón de frases de amor, de despecho, de amistad, de lo que debe ser. Y las aplicamos según nos conviene.

A veces hay que dejar la lectura a un lado, sentarse frente a nuestro reflejo en un simple charco y darnos cuenta de lo que (NO) queremos.

Yo no quiero que me regales flores ni una sola vez.... Quiero que aprendas a permanecer.

viernes, 16 de octubre de 2015

En el fondo de las cajas.

Últimamente sus ojos tenían que contener demasiadas lágrimas en demasiadas ocasiones... No recordaba lo que era sentirse así,no recordaba lo que era sentir de verdad.
Después de todo, al fin se sentó frente a todas aquellas cajitas ,cada una con un nombre diferente. Se sentó respirando profundo para armarse de valor y ver lo que cada una escondía...

Un año coleccionando notas, piedras y demás detalles que esperaban guardados a que esos suspiros consiguieran aportarle el valor de analizarlas.
Un año impar que le había dado regalos envenenados en forma de cargas dentro de su mochila.

Empezó de izquierda a derecha ...Como no! ella marcando un orden..algo que le diera esa falsa sensación de controlar la situación.


En la primera había un reloj... Uno que a pesar de seguir avanzando,se paro el día en el que se lo pusieron en lás manos á modo de despedida....
Esta caja fue la primera ...la que le redescubrió lo que era llorar sin poder evitarlo...la que marcó su corazón por medio de un zarpazo.
La cerro y continuo...

En la segunda había un mensaje... El mas devastador que había recibido en su vida... Recordó a la perfección lo que sintió al leerlo por primera vez.... Miedo eterno, una sensación exacerbada de injusticia , angustia de quien no puede compartir lo leído.
Miró al techo,volvió a respirar y continuó.

La tercera no le supuso nada... En su día si,quizá rabia por lo injusto de la situación,por la falta de memoria de la que ciertas personas hacían gala....sin querer recordar que ella se caracterizaba por tener una memoria interesante que no olvidaba ni el mas mínimo detalle..
Pero esa,hoy no suponía nada que no fuera un alivio relativo por todo lo que le contaron después que se había construido mientras ella se suponía desconocía.

La cuarta....la cuarta era extraña.... Miró hacia ella sin ganas de abrirla y decidió finalmente saltarla.

La quinta era un popurrí de historias, de pequeños arañazos que por si mismos no eran capaces de llenar una caja. Desarraigo, ausencias relativas, alguien a quien por mucho que ella lo desee no es capaz de perdonar aun sabiendo que en El fondo se lo merece, amigas caseras, soledad ya no tan elegida....
Muchos kilos de carga, pero juntos, separados son gramos.
Cerro la caja.

Miró a aquella estantería en la que ya no había mas que volver a ese salto realizado mas veces de las que le gusta reconocer en alto.

La cuarta...No era la mas importante. Eso era de lo poco que tenia claro.
Esa tenia nombre propio.. Para conocerla había que haber vivido mucho tiempo junto a ella,muchos cambios, muchos vaivenes, pasando por demasiadas etapas.
Hacia poco las palabras de quien tenia su nombre grabado bajo la tapa, dijo algo que le descentro... Que le obligo a pensar ,a sentarse consigo misma en el peor de los momentos para hacerlo.... Se sintió empujada por si misma a plantearse los por ques de tanto tiempo... Tanto paso para atrás y para adelante ...
Si algo tenia claro era que la parte de amistad con esa persona pesaba, existía y ella la valoraba ,como decían algunos "quizá en exceso".
Pero se le había planteado la duda... Hay algo mas!?
...
Y que mas daba si lo había!?!? En ese supuesto seria la única participante de ello. Seria alejada con el brazo como ya veía que estaba sucediendo en parte.. La idea de que eso pudiera ser cierto le daba miedo ya que creía que sus sentimientos son el veneno que aleja de ella a quien protagoniza esta historia.

Todo ello, cada una de esas cajitas, unas en menor medida,otras en mayor, le habían tirado todas sus murallas.
De pronto recordó lo que era la tristeza, recordó lo que era sentirse sola aun rodeada de gente, recordó lo que ella fue,lo que ella quiso, lo que desapareció hace tiempo en teoría.

Necesitaba compañías,planes,detalles y recibía demasiados silencios..
Necesitaba ilusiones y recibía reproches ..

Esas cajas eran suyas... Ahora debía pensar en todas para intentar deshacerse de algunas.


jueves, 15 de octubre de 2015

Me atrevo?

Te has equivocado de norte a sur.... Demasiados kilómetro ya andados que se deberían retroceder con la dificultad de que el camino ha borrado tus huellas para retomarlo en reversa...

Demasiado error con nombre propio... Demasiado error en primera persona...

La senda se tornó  lúgubre hace ya muchas lunas sin que te dieras cuenta.

Y qué haces?.... Y qué te digo?....

Ni siquiera tú, quien fue oráculo de tantos, ve una salida, un cambio a mejor, una posibilidad de que todo lo transitado se quede en pasado, en fallos que son recuerdos...

Tú! La resolutiva, la atrevida que aconsejaba siempre bastante bien, la que tenía claro lo que no quería... Esa misma que ayudaba a que los demás salieran de los hoyos que se encontraban, esa misma es la perdida ahora....

La ansiedad comienza a apoderarse de tus días.. La tristeza de tus pensamientos y no sé cómo aportar un punto de luz..Me siento incapaz de acercarte la llama que necesitas.

Algo no está bien cuando recibes lo que recibes después de dar lo que sé que has dado...
Algo no está bien!,

Justicia, palabra que brota en exceso de tus poros a modo de queja, sin entender los por qués de ciertas palabras de quien te conoce...Y sabiendo que te conoce dice eso!.

Me atrevo a aconsejarte sin saber la calidad de lo que te diga?.. Me atrevo a decirte que saques todo lo que llevas dentro en vez de seguir poniendo un escudo anti aéreo?Me atrevo a explicarte que no es bueno que relativices cómo te sientes para no preocupar a quienes te observan, o para que no te sientas una persona débil por expresar con realismo que no lo estás pasando bien?

Me atrevo?

Y si luego no te ayuda...Y si lo que consigues es sentirte aún peor, defraudarte ya del todo por dejarte ser humana de una vez?

No me atrevo!.



martes, 6 de octubre de 2015

"Sin Volar"

Continuaba (in)volucionando, en ocasiones hacia caminos que no le apetecía recorrer.
Sus peculiaridades iban mutando, permaneciendo en esencia pocas o ninguna de las que se daban por supuesto en calendarios pasados.Era un buen ejemplo de que las vivencias nos cambian, aunque sea simplemente de cara a nuestro público.

Seguía siendo una enamorada de las historias, incapaz de enamorarse. Su descripción se le escapaba… Los ojos que la miraban veían algo que para ella era desconocido.

Lo habitual es desconocer  en qué momento, por qué razón, cambiamos… O eso tengo entendido. Uno de esos puntos curiosos suyos era que sabía ponerle fecha y hora a ese cambio… A ese deshielo parcial por su parte norte, y fortalecimiento de sus defensas por su parte sur.

Maestra de libros escondidos, de relatos incansables que no eran capaces de caducar.
Quizá llega un momento en el que la fuerza no desaparece, pero se toma un respiro para dejarnos ser humanos por un rato… Y eso a ella la disgustaba profundamente.

Su fortaleza venía precisamente de la auto convicción de no permitirse ciertos términos en su historia. Cuando pasaba el tiempo, en ocasiones observaba que había dejado ciertos asteriscos a pie de página que iban en contra de esa premisa tan indispensable suya.

Pequeñas licencias otorgadas al lector incorrecto, a la historia incorrecta.
La claridad de sus palabras se veía difuminada por esos pies de página con permiso firmado. Un único culpable conjugado en primera persona del singular.

Era complicado… Sus alas continuaban adosadas a su espalda, fuertes y grandes, pero llegó un día en el que se percató de que hacía demasiado que no las batía. Ese reposo inconsciente, le enrabietaba por pura culpabilidad… No podía enfadarse con nadie que no fuera ella misma.
Es fácil (demasiado fácil) señalar con el dedo y culpabilizar a los demás, pero si algo le seguía quedando era precisamente que no jugaba a eso.

El problema de jugar al azar es este… Los resultados no son algo que controlemos, no podemos saber resultados antes de que ya estén grabados a fuego en un cuaderno del que no podemos borrar ni una sola letra.

Posiblemente se había cansado hace tiempo de jugar con cartas que fueran buenas o malas, no buscaban el órdago, no luchaban por ganar la partida… Cartas que no eran responsables… Era ella la que dejaba,la que permitia que sus contrincantes ganaran fichas que no les pertenecían.
Partidas perdidas sin poder señalar, más que en un espejo.






                        "Sus alas le echaban de menos, intentaban despertar sus ganas de volar."

martes, 27 de enero de 2015

OBJETOS DE CARIÑO.

LLegó la noche... Esa en la que tocaba "celebrar" algo pasado y algo nuevo a la vez.
Justo antes de que tocaran la melodía del cambio, ella se dirigió a su habitación, aquella que no era suya realmente pero en la que su infancia progresó dejando un rastro de anécdotas de infancia , cuyo poder de sacar sonrisas a los suyos era más que notable.

Encendió la luz y continuó con paso firme hasta aquella bolsa de la que sacó algo que resguardaba de miradas ajenas un saquito blanco.
Mientras el ansia ajeno se hacía presente por medio de la voz de aquellos que la llamaban para que "no se lo perdiera".
Se colocó aquel tesoro en la muñeca y se puso una chaqueta roja encima, para que nadie viera lo que allí guardaba.

A medida que se apresuraba camino del salón, se dió cuenta de que "aquello" bailaba en su muñeca, le quedaba gigante...De pronto recordó que ya lo sabía, que se había percatado hacia unos meses cuando se lo ponía para dormir cuando estaba triste.
Para evitar que se cayera, que alguien se diera cuenta de su presencia cogió con sus dedos el extremo de la chaqueta y estirándola, cerró el puño para contener su avance.

Ya en aquella gran sala, rodeada de los suyos, tomó asiento entre sonrisas y miradas ilusionadas por comenzar algo que siempre comenzaba.

Tocó la melodía, finalizó el silencio, y cuando aquel "principio cíclico" tornó en real, todos se levantaron y comenzaron a abrazarse unos a otros.

Ella se tomó un segundo, en ese pequeño instante, ella besó su muñeca... Quería que su primera muestra de cariño, de amor, fuera para aquel objeto que tanto significaba para ella.

Hacía unos meses, (a veces parecia que habia sido ayer,....otras que se trataba de cinco vidas atras), había tenido que despedirse de un ser querido...

Una noche más que dura que sigue saludándole en sus sueños cada noche, pero de la que no se arrepiente en absoluto de "haber estado".
A partir de aquel adios , los momentos posteriores están borrosos, son recuerdos a saltos... Pero de pronto, llega una acción que siempre recordaría al mínimo detalle.
Una enfermera, tierna enfermera, salió de la habitación hacia el pasillo donde todos esperaban...
La miró y estiró su mano buscando la de esta chica de la que tanto hablo.
Ella se encontraba en un extraño estado, en el que le costaba procesar que aquella enfermera, en un alarde de empatía y paciencia estaba esperando a que le hiciera caso.

Al fin, su proceso mental le permitió dar la orden a su cerebro para que sus manos se pusieran de tal modo que aquella señora paciente le depositara en ellas lo que fuera que llevara en su mano izquierda.

Sus manos se colocaron como lo hace un niño cuando le dan pipas, juntas, a modo de cacito, intentando que le entre la mayor cantidad posible entre ellas.

Entonces, al fin, recibió aquel objeto.
En un primer momento no centró...Necesitó un par de segundos para darse cuenta de que era un reloj.

Ella rompió a llorar mientras no podía parar de acariciarlo..





martes, 3 de junio de 2014

Puñado de arena blanca.

Le pusieron aquel puñado de arena blanca entre las manos. Le dejaron custodiar cada grano, transportándolo junto a ella dentro de un saquito de tela. Ese regalo aportaba luminosidad a su sonrisa..Formaba parte de ella, de su felicidad.
A medida que fueron pasando los años, algunos granos se perdieron en el viaje, haciendo más ligero ese complemento suyo del que ya no podía separarse.
En ocasiones muy puntuales, se permitía quitar el lazo que lo cerraba con delicadeza, para poder meter granos muy contados y nuevos en su interior.

A medida que pasaba el tiempo, ya no le importaba tanto su peso... Si la tela se rompia dejando escapar alguno... Simplemente cada vez que pasaba, asomaba su mirada por una ranurita para comprobar que los que tenían que estar estaban.

Quizá el paso de las hojas del calendario insensibilizaban ese afán relativo por mantener...

Quizá , el hecho de dejar a peter en el pasado, hacía que asumiéramos la temporalidad de muchas cosas, tambien de esas que sentimos tan vitales e imprescindibles en ciertos momentos.

En su caso, las vueltas de las agujas del reloj le habían regalado el conocimiento de la tranquilidad, el sentimentalismo sin exageraciones que cuando sentía tensionar el hilo de unión con un granito , tan sólo soltaba lastre dejándolo para que cada uno vuele con una corriente de aire distinta.

Épocas de transición controladas, que reforzaban lo que sentía, que fortalecían las uniones y separaciones mientras ella seguía mirando cascadas y respirando profundamente orgullosa de ese pedazo de tela mutado y en parte invariable.





                                 Arenas del tiempo que trasladan granos al camino y suman nuevos al peso de lo vivido.