martes, 28 de febrero de 2012

Sueños ..............

Cerramos los ojos. Dejamos que nuestro cuerpo se acerque a un coma controlado, ralentizando la respiración, disminuyendo nuestras constantes vitales, consintiendo que no seamos nosotros quienes conduzcan los pensamientos. Permitimos esa intrusión de nuestro subconsciente en nuestros recuerdos. A veces no nos acordamos, pero otras quedan pedacitos de un puzle que puede ser una total locura, algo rutinario que perfectamente podríamos haber vivido despiertos, o mensajes subliminales de nuestro "yo oculto".
Estos últimos son los que me llaman la atención. Aquellos pequeños fragmentos de película en blanco y negro que nos regalamos a nosotros mismos por alguna razón freudiana que ahora mismo no sabría explicar.
Quizá intenten abrirnos los ojos, hacernos ver cosas que no nos consentimos reconocer en alto en el mundo real, mostrarnos nuestros miedos... O quizá simplemente sea una parte del cerebro a la que le encanta jugar con nuestro lado menos tranquilizador... Quién sabe.

A pesar de no controlar los propios sueños, son parte de nosotros, retorcidos o simples, pero son gotas del lago que nuestra vida forma.

Influyen en nuestro humor, en nuestra sonrisa, y por qué no, en nuestras decisiones.

No controlamos lo que soñamos....Soñamos con lo que no controlamos.

viernes, 24 de febrero de 2012

Cuidando los detalles.


En nuestras manos está cuidar nuestra vida. Las pequeñas cosas que la componen, que distan de la perfección, pero nos dan retales felices que guardamos con cariño. Tenemos un deber para con nosotros mismos, mimar nuestro entorno con delicadeza y cariño. Acunar los detalles dulcemente para provocar felicidad a quienes forman parte de lo que somos, proteger con nuestro cuerpo a quien necesita luchar contra sus fieras, acariciar las situaciones ajenas para provocar tranquilidad en esos corazones que albergan un pedazo en el que somos protagonistas.
Regalar detalles no tangibles a los hombros que permanecen ahí por si necesitas apoyarte para continuar.
Nadie está sólo si se rodea de amor, del puro, del que no espera nada a cambio, del que provoca desvelos en otros por una falta propia de carcajadas.
Es tan sencillo cuidar las pequeñas cosas, sabiendo todo lo que ganas. No existe nada mejor que ver que tu “familia elegida o impuesta” se levanta por la mañana sin poder evitar esbozar una sonrisa…
Decidamos cuidar como se nos cuida…Decidamos ilusionar como nos ilusionan…Decidamos regalar felicidad para ser felices de verdad.
Acabo con dos frases una propia y otra no, que me encantan:

-          Una vez alguien me dijo: "Todo lo bueno se acaba terminando", yo añado: Todo comienzo, tuvo un fin que lo propició.
-           
-          “No trates como prioridad a quien te trata como una opción”.

jueves, 23 de febrero de 2012

Conciencia dormida.



Siempre tuvo muy presente a ese duende que le marcaba el camino de lo "correcto moralmente" y de lo "incorrecto". Le gustaba hacer caso a esa parte de su ser. No solía ir en su contra. Y más desde que ese duende se había convertido en hippie, relajándose en sus sentencias.  Podía observar que sus valores continuaban ahi aunque con ciertas mutaciones, recopilando una buena colección de cosas que en pasado eran "malas" y ahora eran "buenas, divertidas e incluso convenientes".Pero había ciertas parcelas de la teoría que no se habían evaporado junto a la rigidez de sus pensamientos. Solía tener al duende bastante contento, tranquilo con las actuaciones que su portadora llevaba a cabo. Pero unos días atrás se había revuelto un poco, entraron en discordia. De pronto, ella tan aplicada normalmente en la materia, hizo algo que no era de buena estudiante. LLevaron a cabo una lucha de poder, en la que ganó la teoría del "hoy",del "qué mas da?", de "las frases racionales que apoyaban lo que ella quería hacer".

Quizá, aunque ella no pensaba mucho en ciertos temas, diez minutos le eran suficientes para hacerlo y cambiar su perspectiva, priorizando sus necesidades, relativizando los vínculos existentes...

Como decía, no era un trozo de pan, erraba como todo el mundo, o quizá más en proporción a.

Intervalos de vivencias. Segmentos de compañías...que cambian opiniones, que hacen que la bruma no moleste... Diferencias dentro de ella que sólo observaba con la distancia que aportaba el tiempo.

Había discutido acaloradamente con su conciencia, para acabar decidiendo que a pesar de que esta tuviera razón, que seguramente la tendría, ella continuaría viviendo, aunque esto en un presente o futuro próximo implicase que el duende se inquietara....aunque implicara manchar un historial bastante limpio, mimado durante décadas.

"Vivir implica equivocarse, arriesgarse aún sabiendo que lo haremos, haciendo lo que queremos hacer... Lo prefiero a llenar mi existencia de conveniencias, de actos medidos, de seguridades absurdas".

lunes, 20 de febrero de 2012

TAL VEZ...

Antes vivía en un mundo sin banda sonora. Pocas veces se refugiaba en letras cantadas para acunar momentos.         Le constaba que existía quien necesitaba escuchar notas para vivir, lo compartia por exigencias del guión, pero no asimilaba el concepto aplicándolo a su existencia.
Pero como todo en esta vida, cambió.
De pronto empezó a escuchar letras que le llegaban al ritmo que la música marcaba. Comenzó a necesitar escuchar. Prefería eso a muchas otras cosas que en el pasado llenaban sus momentos, cubrían sus necesidades. Ya tenía una pequeña colección de canciones que le recordaban momentos, que le ayudarían a no olvidar situaciones más o menos importantes de su camino, y lo que es más especial, ese "escuchar" le regalaba el mismo sentimiento que tuvo en el momento al que representaba.
Muchos trenes que ella decidió dejar pasar, muchas estaciones en las que se sentía cómoda durante unos minutos, muchas paradas innecesarias que ella sentía muy suyas.
Se identificaba con lo escuchado, no con todo, pero si con mucho.
Reconocía evoluciones o involuciones listando las voces afinadas que le habían regalado una banda sonora en puntos clave del camino.
Como me gusta andar al revés, perderme en amaneceres que cubren el frío de calidez, que suponen aprender lo que ya nos enseñaron, comprobando al llegar a casa que todo ha ido bien.
"Si te parecen iguales todos los días, algo tienes que cambiar"...Hay saltos que llevas a cabo sola, pero antes de volver a tocar el suelo alguien te recoge en el aire...Rumbos que no estaban marcados en mapas, y que resultan las mejores aventuras.

A veces tal vez hay que dejarse la piel.... TAL VEZ.

Café con olor a canela :D

Cuando alguien decide cambiar de cuaderno, dejar en la estantería todas las letras pasadas que se escribieron desde una ilusión ya casi apagada, cogiendo entre sus manos un nuevo libro en blanco en el que poder escribir nuevas consonantes desde otra perspectiva, la sangre se altera mientras la respiración se ralentiza.
Dejamos ese nuevo cuaderno, vacío, encima de la mesa esperando a que pase algo digno de ser plasmado en él, sin prisa de que pase, deseando más bien que tarde en ocurrir.
Pero la vida, "el destino ese en el que no cree", es curioso. Basta que le apetezca tranquilidad, vacío, falta de información que guardar entre esas cubiertas, para que aparezcan "situaciones" que complican aunque de un modo "no-negativo" la simpleza de lo que deseamos.
Los acontecimientos en su vida, se atropellaban, no había parones entre etapas, las transiciones eran minúsculas, casi inapreciables. Es cierto que la ruptura con lo escrito en pretérito, era algo más lenta, pero era cuestión de vivir un par de situaciones más.
Era una persona, que se alimentaba de la ilusión, de las sorpresas, de los detalles... No necesitaba grandes cosas, pero si muchas pequeñas que le aportaran sonrisa tras sonrisa.
Sacaba esa ilusión hasta de aquellas situaciones que no eran vistas como "positivas": un final, una distancia... Toda situación tenía una forma de verse en la que encontrar "alimento".
En su día se hizo muchas promesas de esas que se cumplen si o si. Y a excepción de un par de descuidos pasajeros, había cumplido cada coma de lo escrito en el contrato consigo misma. Una de las clausulas era que jamás tiraría de nadie que no le demostrara su interés en estar junto a ella. Que daría plazos para facilitar circunstancias, pero que tras estos, liberaría las ataduras de quien no se trabajase su compañía.
No era tan obtusa como para no entender necesidades ajenas, pero o la alimentaban de algún modo mientras esperaba resoluciones, o las conclusiones negativas finales le harían actuar con firmeza.
Si, era realmente complicada, desde lo simple de su ser. No eliminaba los registros de cariño pertenecientes a días ya acabados que no estaban en vigor, pero si dejaba que mutasen hacia un olvido relativo que le dejaba caminar con firmeza hacia esas páginas inmaculadas que comenzaba a escribir.

Ya había marcado con tinta una nueva página, de un nuevo libro...Los comienzos eran lo más auténtico... Le hacían sonreír con tanta fuerza que se desvelaba pensando en aquella sensación.
Gracias por regalarme un café con olor a canela :D .

viernes, 17 de febrero de 2012

Al fin...Yo!.


Durmió sin dormir, regalando partes muy calculadas de quien era. Aquello era un préstamo de libros arrugados, de corales fuera del agua, de futuros en los que no iba a estar. En ocasiones había dejado el orgullo atrás, durante instantes fugaces. Se había preparado para estar sóla en varias ocasiones sin necesidad de hacer terapia, dejando con dificultad las cosas en pasado, hasta que le llegaba la facilidad del cansancio, del orgullo riguroso que se escondía para rescatarlo con más fuerza que antes. Dejaba atrás calles mojadas o secas que ya no permanecían en sus sentidos. Soñaba retales ajados, que no le aportaban más que entretenimiento. Los caprichos se convierten en esporas que suspendidas en el aire se esfuman en cuestión de cuatro soplidos.
Observaba cuantas veces reía, buscando lo que ocultamos a quienes tenemos cerca pero lejos. Zanjaba largas situaciones, en las que gritaba en su interior asimilando pacientemente cada falta de gestos, hasta el instante en el que dejaba que esa complejidad suya le regalase un quiebro de pensamiento. Cambiaba de escena y de guión de pronto, sentándose frente a una hoja en blanco, en la que volver a escribir un comienzo…No había cosa que más le fortaleciera, nada que le gustara más…Hacía que su alma sonriera.
Parecía ser alguien incapaz de romper con algo, endulzaba palabras que a veces dudaba sentir. Hacía las maletas con facilidad a pesar de no hacerlo con rapidez. Creía en lo que vivía, vivía lo que creía.
Hacía que el público no viera las mutaciones de su interior, pero el tiempo siempre le resultó algo que fortalecía la distancia entre ella y su parte “sentimentaloide”, sin vuelta atrás según la fase.
Los parches de un alma que no sabía ser lo que debía por naturaleza. Tuvo momentos en los que hubiera cogido cualquier autobús por un beso más…Ahora dejaba de ser ese duende, sabía que no era su camino.
“¿No ves que fácil fue para mi perderlo todo en un momento?” …Gran frase de una gran canción!.
(Después de mucho tiempo sin escribir algo que sintiera mío, guste o no, hoy he podido gracias a ti, inspiración nocturna….gracias,a pesar de habértelas dado ya hace un segundo!).

lunes, 13 de febrero de 2012

Opciones.

"Caminó sin sentido por aquella ciudad,en la que ya no se sentía perdida. A pesar de no conocerla, ya no miraba a los lados pensando que ese no era su lugar. Al contrario, cada vez se sentía más cómoda, más de allí, a pesar de tener su vida lejos. Comprendió que su sitio era el que ella eligiera, donde ella estuviera. 


Grandes ciudades deshumanizadas en las que nadie se conoce, en las que caminas en manada por avenidas que no tienen memoria de los pasos que diste sobre ellas. 


Solía ver la vida con una paleta de colores en la mano, evitando aquellos que recordasen a la época negra de Goya. En su día su vida cambió, y la cambio a ella de rebote, como le pasa a casi todo el mundo... Y cuando esto pasa solo existen dos opciones. La primera es utilizar el pasado para auto alimentar la infelicidad propia a golpe de recuerdos negativos, de comparaciones incoherentes, de miedos a los que se le da cabida en nuestro presente. La segunda, es aprender. Aprender a arriesgarnos y mientras lo hacemos hacer todo lo posible para no cometer los mismos errores del pasado, aprender que nuestro presente es único e irrepetible alejándolo de todo lo pasado por mucho que nuestro lado "oscuro" pretenda relacionarlo... Aprender a luchar por lo que sentimos en vez de esconderlo de nosotros mismos."

Yo elegí la segunda opción, quizá porque hace tiempo me prometí que ninguna actuación ajena me quitaría la sonrisa. Cuando conoces la tristeza verdadera, aunque sea por unos días (cosa que por desgracia nos pasa a todos), te das cuenta de lo poco habitual que es la felicidad como para no agarrarte a ella cuando la tienes cerca.

A lo mejor es un forma extraña de existir, pero creo en aquello de conservar todo lo que me haga sonreir, simplificar las situaciones que me hacen estar cómoda, relativizar los problemas para no consentirme a mi misma darle razones a esa parte negativa que todos tenemos.

Hay quien puede pensar que es una forma poco realista de ver la vida...Y lo respeto. Pero creo que vivir implica cultivar aquellas parcelas que nos hacen la existencia un poquito mas llevadera, mas entretenida...

Lo sencillo es huir de nosotros mismos, y lo sé porque según la temporada, yo lo hago. Lo verdaderamente complicado es perseguir la felicidad con todas nuestras fuerzas, luchando contra nuestros fantasmas día a día. Aunque es cierto que, como todo, este pensamiento tiene caducidad. Aporto oportunidades, hasta el día en el que veo claramente que estas caen en saco roto.

Cada uno elige, ser feliz con mil miedos, o infeliz con una relativa y ficticia tranquilidad que calma nuestras ideas angustiosas adormeciéndolas durante un tiempo para volver a nosotros con muchísima más fuerza.


sábado, 4 de febrero de 2012

Filtrándose en la arena.



Una vida llena (como todas) de compañeros perpetuos, de pasajeros temporales, de historias inapreciables con los años, de aventuras que se graban en nosotros.
Sabía distinguir, a pesar de no parecerlo desde fuera. Su cerebro era cada día más fuerte frente a la falta de sentimentalismo. Estaba acomodada en situaciones (egoístamente a gusto). No creía en un mañana, sólo asumía el “hoy”. La claridad se perdió entre las sombras que ella misma había creado. Pero estaba contenta, a pesar de saber que le encantaba empujar situaciones al vacío para poner el punto y final. No se entendía a si misma, se consideraba complicada aunque no lo dijera en alto…
Recordó ese “pato helado” del que ya he escrito alguna vez. Se dio cuenta de que seguía allí, en una esquina de la habitación, sin haber perdido un solo milímetro, continuaba perfectamente definido… Ella creía que ya no existía, que se había convertido en un charco, pero resultaba que la realidad distaba mucho de sus pensamientos.
Frío, duro…Había sobrevivido al verano adelantado. Quizá se había intentado engañar a si misma, conduciéndose hacia la normalidad.
Le quedaba claro que ya no sentía como antes, no quedaba nada a parte de esa ternura suya. El resto había muerto en la playa, filtrándose en la arena.
No era negativo…No era positivo….Tan solo “era así”. ¿Ahora qué hacía con esa información?.

Su cerebro hizo click una vez más.

Dormida.


Permanecía tumbada boca abajo con los ojos cerrados. Su melena se apoyaba en la almohada. Dormía, respirando con calma y serenidad. Perfecta definición de quietud, pensó él mientras tumbado a su lado la miraba sin que ella tuviera  conocimiento de la situación. Los ojos de aquel hombre no podían o más bien no querían dejar de observarla, así de relajada, de tranquila. Tras unos minutos, su mano se encaminó a acariciar el rostro de la mujer que tan plácidamente reposaba a unos centímetros de su cuerpo. Ella, esbozó una sonrisa, a pesar de no haber despertado.

Pasaron las horas mientras uno dormía y el otro soñaba.


viernes, 3 de febrero de 2012

Abrazado a una botella.


( Un texto que escribí hace tiempo y que hoy me ha encantado releer.)

Un brazo se asomó por su hombro, apoyando la mano en su pecho. Aquel trozo de vidrio se había llenado de sus lágrimas, pero ahora veía la botella medio vacía, porque esos dedos protegían sus latidos. Continuaba respirando profundamente sin darse la vuelta… Cerró los ojos, como siempre que se sentía verdaderamente cómodo. Su mano se dirigió hacia el encuentro de quien se apoyaba en él. Sintió su tacto, suave tacto, mientras no podía más que acariciar cada milímetro de esa piel que compartía el momento. Las penas, aquellas puñaladas desgarradoras, se sentían mas lejanas, menos presentes, cuando se fundían en uno sólo. El tiempo pasó en silencio, rápidamente. Abrió los ojos tras un suspiro eterno, de esos de “fin de una buena historia”. Su mirada no buscó, pero si se encontró de nuevo con aquel vidrio verde que albergaba sus lagrimas. Se sorprendió al ver que el nivel del líquido había bajado, que parte del contenido se había evaporado mientras sentía piel con piel. Alejó su mano, se dio la vuelta, miró a aquellos ojos que le habían acompañado y mientras sonreía la abrazó durante otras diez mil vueltas de las agujas del reloj.

La magia del tacto, lo especial de esa fusión...Nada más es necesario, ni siquiera entenderlo.