Un cielo nuevo sobre su cabeza, una luna rejuvenecida alumbrando sus propiedades celestiales, estrellas llenas de calor acompañandola en su soledad.
Todo era nuevo a los ojos de aquella mujer que aunque hubiera visto aquel “cuadro” millones de veces, esta era la primera desde hacia mucho en que aquello hacia que se parase el tiempo, que solo valiera la pena observarlo con admiración y tranquilidad.
Pasaban las horas mientras ella solo sentia que ese era su momento y su lugar dentro de ese mundo loco que se caracyerizaba por la falta de respeto a la vida ajena.
A la noche siguiente sintio la necesidad de volver a rememorar aquella noche magica que habia conseguido cambiar algo dentro de ella. Aun sabiendo que no era nada excepcional , no era algo que pasara cada cincuenta años como un famoso eclipse, simplemente era algo normal…algo que aun siendo asi, ella lo veia distinto, lo sentia distinto.
Y asi cada anochecer se disponia, a comenzar su camino hacia lo que nadie conoce, hacia lo desconocido de lo visible. Y cada anochecer se mecia con la luna, tranquilizando sus pensamientos, soñando sin cerrar los ojos, abriendolos mas si cabe para hacerlo.
Cada uno tiene su sitio dentro del mundo, cada persona siente el arte de una forma, para unos puede ser un cuadro colgado de una fria pared en un museo, para otros la ausencia de luz que “alumbra” en la noche nuestra ensoñacion.
Lo que importa no es si objetivamente es o no es, tiene o no tiene, sino lo que subjetivamente hace sentirnos vivos, lo que permite que cada suspiro exhalado valga la pena dentro de un “mundo loco en el que solo miramos por nuestro propio beneficio, por nuestra propia felicidad, olvidandonos de que ésta depende de los de nuestro alrededor”
No hay comentarios:
Publicar un comentario