Manos limpias

Curiosa la forma que tiene la gente de defender lo que es suyo, o casi en todos los casos, lo que ha dejado de serlo hace tiempo. Las palabras envenenadas, las miradas enrarecidas, los detalles dañinos… forman parte de un “todo de suciedad”.

Curioso el que piensa que, aquella gente que tiene por lema de vida el despreciar al prójimo, es mala. No nos equivoquemos…una persona mala es aquella que no conoce el bien, que no sabe el daño que provoca, que desconoce la diferencia entre el bien y el mal. Sin embargo estas personas demuestran con sus actos, tristes actos, que no son malos, sino que  se comportan mal… Parece que estoy defendiendo a dichos seres, pero nada más lejos de la realidad. Una persona que no es mala, pero que actúa mal, es mucho peor. Peor por saber la diferencia entre bien y mal…peor por hacer daño a sabiendas de que lo está haciendo… peor por poder elegir (ya que una mala persona lo es y punto) y tomar el camino del sufrimiento ajeno.

Curioso…no, curioso no, más bien triste es ver que las personas sean así… No entiendo, ni quiero jamás llegar a entender, como alguien sabiendo que hace daño, puede continuar con sus “actos llenos de mierda”, en vez de intentar ser feliz a través de la felicidad que regala al prójimo.

Como ya escribí una vez en éste, mi rincón dentro de un mundo loco:

“En una mota de polvo muchas veces puedes ver

el reflejo de lo q fuiste....Haz lo que tengas que hacer para que ese

reflejo te arranque una sonrisa!!!.”

¡A ver si aprendemos a hacer un poquito más feliz a los demás, aunque en ocasiones nos apetezca lo contrario!