miércoles, 29 de diciembre de 2010

Y sigo soñando despierta...y sigo despierta sin necesidad de soñar...

1996



Días llenos de sonidos,calles llenas de colores, de mil y una sonrisas sin razón.
Inaugurando las navidades como cada año...avistando desde la ventanilla la Castellana de gala, con sus mejores ropajes.
Días que se han convertido en tiempo de recuerdos, más que otros años.
Conversaciones que han empujado a que esto se haga realidad.
Retroceso a la niñez de golpe...a una época increíble que hacía mucho que no la tenía tan presente.
Una navidad que ha sido especial, llena de fotos mentales, de peripecias de los que ya no están y de quienes siguen ahí para contártelas.
Muchas sonrisas.
Una charla de algo pasado que a mi me sigue provocando tristeza, una charla que deriva en una cena especial.
Y de pronto mi padre consigue que el viaje de vuelta, el que siempre cierra el pre-estreno navideño, se convierta en algo tan especial que la última vez que lo viví no sabía ni lo que era la pubertad.
Un símbolo tonto, un detalle increible, algo que siempre hará que recuerde este viaje de vuelta como se merece, de forma única y especial.
Y continúo sonriendo mientras me abrazo a quien más quiero, a quien año tras año echo de menos a mi lado durante la cena de nochebuena.
Y sigo soñando despierta...y sigo despierta sin necesidad de soñar...

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