martes, 30 de octubre de 2012

CAPÍTULO 1

Activó el formato 3D a lo que antes se veía a través de una pantalla sin profundidad. Madrid le regalaba esa imagen ya con forma, esa secuencia que ponía movimiento a lo que antes era algo inmóvil. Aquellos dibujos ya eran animados, el doblador había conseguido aportarle al personaje una peculiar forma de hablar que era fácilmente reconocible, que hacía que saber quien era con los ojos tapados fuera más que fácil. (...)

Una figurita traída de muy lejos le fue puesta en las manos como un regalo. Le hizo ilusión, no se esperaba tener ese pedacito de historia ajena a ella. Siempre guardará con cariño aquella cosita negra que implicaba mil recuerdos de las horas siguientes a verla por primera vez. Algo tan pequeño, albergaba en su interior una historia escrita con muchas palabras y gestos...Y sobre todo con muchas sonrisas (....).

Una vez más tuvo que despedirse de aquella ciudad teóricamente tan impersonal, pero de la que ella siempre se llevaba aventuras muy personales, muy suyas. Pasó la tarde caminando, viendo sitios bonitos que normalmente se escondían entre el tráfico, mientras el frío se mitigaba calentándose las manos. Las decenas de semáforos en rojo, le aportaban momentos únicos, momentos que se llevaba con ella a cientos de kilómetros en forma de sonrisa.
Cuando el reloj había volado sin que ella se percatara, tuvo que dirigirse a coger aquel tren que significaba el adiós real a esa ciudad que en parte era suya. La espera se convirtió en segundos para ella, se pasó en un suspiro.... Sus ojos se cerraban, síntoma de comodidad, mientras deseaba que el tren se retrasara. Se sintió abrazada por la situación, y aquello le provocó una sonrisa más, de tantas.
El tren llegó, y ella se apresuró a introducirse en él. Cuando miró hacia afuera, le pareció ver como aquel lugar se volteaba para verla por última vez, intentando guardar en su memoria su cara, intentando despedirse de ella guardándola en su historia, aunque sólo sea una persona más que pasó por allí.

Sabe que esa ciudad la acuna con ternura, precisamente porque ella es una visitante temporal... Si fuera de otro modo, aquella gran ciudad se agobiaría por su presencia.

Tres retales, de una colcha escrita con muchas más letras. Tres momentos de esos propios o ajenos que me han hecho escribir lo que veis aquí y otro tanto (...).

                                                                          -FIN-



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