jueves, 3 de mayo de 2012

Sentimientos (claros y arrancados).

Expones a tu entorno, a ese dorado, tus vivencias esperando contestación. Recibes frases duras y certeras de quienes están enamorados de tu alma, de quienes te quieren por encima de cualquier banalidad. Las palabras cosen los bordes de las circunstancias para finalizar delimitando juicios y consejos, duros consejos de esos en los que no sales bien parada, porque quien teje sus palabras hacia ti te conoce mejor que tu misma.
El cariño protagoniza cada letra, mientras escuchas lo que ya sabes, o lo que aún sabiendo te has intentado esconder durante meses.
Sabes que tienen razón, que tú ves en tus circunstancias lo mismo que ven los ojos ajenos a ellas.
Te agarras a ideas, no a realidades. Te vuelves dependiente de lo que sentiste o de cómo te hicieron sentir, no de quien realizó tal proeza. Que curiosa es nuestra naturaleza..En realidad es fría, es conveniente...se enamora de gestos no de personas, echa de menos abrazos sin desear en realidad nada de lo que significan... Somos seres ridículos que no son capaces de ser sinceros ni con ellos mismos.
Escondemos debajo de la alfombra besos que no nos supusieron nada aunque hiciéramos ver hasta a nosotros mismos que si... Escondemos aquellas cosas que no nos gustan de los demás sabiendo que existen y haciendo que no es así para no sopesarlas y ver que pesan más que las cosas buenas.... Escondemos nuestra inteligencia haciendo que no nos percatamos de la existencia de terceros en nuestras relaciones.... Escondemos y escondemos y seguimos escondiéndonos a nosotros mismos todo aquello que no queremos ver.

Todo hasta que, quien te quiere de verdad, de ese modo tan especial, te abre los ojos, abriendo su boca y dejando brotar la realidad, esa que tú sabes que está ahí pero has proyectado fuera de tu vida para intentar evitar el encontronazo.

Todos merecemos un mínimo...de sinceridad, de valentia al tener que contarte algo, de cariño de quienes tu mimas.... Mínimos que intentamos cumplir hasta el día en que observamos que somos los únicos que jugamos sin trampas.

¿Queremos jugar?...Perfecto, ahora las reglas no las ponen los demás.
Decide. Se tú siempre quien decida las bases(..), el desarrollo y hasta el desenlace.

Dejas pasar oportunidades por ese pasado que te arrancó mil sonrisas... Hasta ese momento mágico en el que decides empezar a aprovechar esas nuevas sonrisas que te intentan arrancar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario