martes, 16 de noviembre de 2010

Salamanca día 4 (y una miguita del 5)

Despertar entre croissants. Mis ángeles me despiertan con un café ya preparado y con su dulzura característica. Un buen día. Por la tarde quedo con una amiga, una de esas que no conoces desde hace mucho pero se ha convertido en alguien especial con quien te "apetece de verdad quedar". Buena conversación (característica fundamental de este viaje). Relajación mientras las palabras fluyen sentadas en un sofá de esos, que si cerraras los ojos, parece que estás en el salón de tu casa.Corto pero intenso.
Como colofón una cena de esas que tanto me gustan en el mejor bar(o al menos en el bar en que yo siempre me reúno en Salamanca) con buenísima compañía, la peruanita que vive en un calle con su nombre, Julio el amigo que siempre está ahi aún habiendo distancia entre ambos, y mis ángeles omnipresentes en mi vida.
Una noche en la que íbamos a ser nueve y acabamos siendo cinco...aunque los astros se conjuraron y no pude disfrutar de algunas compañías, compañías que me hubiera encantado que estuvieran allí,fue una noche increíble.
Tras la cena, salimos de fiesta como antes, sólo los ángeles...fuimos al pub al que me llevaba una buena amiga siempre, a pesar de que me quejaba constantemente de ir allí. Curioso, y ahora soy yo la que quiere ir a ese lugar.
Despúes vino mi "hermano" a hacernos compañía y disfrutar con nosotras de un pedacito de la noche salmantina.
Una gran noche...otra recuerdo genial que unir a mi memoria, para recordarlos en los malos momentos y evocar una sonrisa en mi rostro.

A la mañana siguiente se acabó nuestra pequeña aventura de cinco días...un viaje entre amigas con risas que valió la pena vivir.

Gracias a todos aquellos que conseguís provocarme una sonrisa en los malos momentos y robarme una carcajada en los buenos.

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