viernes, 14 de septiembre de 2012

Natural.

Ante ella un camino de tierra, cuyos bordes se encuentran perfectamente marcados con los árboles que le rodean. Aquellos árboles frondosos forman una cueva ficticia, dejando entrever las estrellas entre sus hojas. La luz las traspasa iluminando como si de velas se tratase. Esa luz indirecta, varía con el movimiento que el viento provoca en las ramas. El único ruído que acompaña sus pasos es el de la naturaleza, el del viento acariciándola. Camina relajada, dejándose llevar por el entorno. No piensa en nada, simplemente deja que sus grandes ojos reflejen la maravilla que tiene delante. Prefiere pensar que nadie interrumpirá ese momento, ese en el que la soledad es perfecta.
No necesita a nadie, no necesita nada...Sólo desea lo que tiene, apretar el botón que detiene el tiempo para que aquel momento sea presente incluso en el futuro.
Le encantan esos presentes alimentados de pedacitos de pasado.
Continua en el decorado ideal, sin negarse la realidad que supone que en algún momento amanecerá y el sol romperá esa estampa tan deseada.

Noche tras noche volverá a aquel lugar mientras pueda... Dejara mecerse por el frío que el viento le regala.... Y seguirá siendo su lugar secreto para el mundo...

Ni una sóla palabra, ni una sóla mirada....Nada hará que ella no pueda escaparse habitualmente a esa cueva natural que nadie más conoce.

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