lunes, 19 de septiembre de 2011

Escribir es sentir.


Un lugar en el que ella últimamente solia pasar mas tiempo del acostumbrado. Un cruce de miradas sin premeditar. Una sonrisa tras otra mientras los ojos de ambos se encontraban entre la multitud. Curiosa forma en la que comenzaron a entablar conversación, aunque no tan curiosa en los últimos tiempos. Sus ojos, sin entender la razón, solían llamar la atención de sus compañeros de juego. Solían provocar cierta intriga en quien los miraba. Ella no entendía qué causaba tal efecto, pero lo causaba. En ocasiones se preguntaba si su mirada podría ser el último resquicio de lo que ella era en un pasado no tan lejano y a la vez tan distante de su realidad actual. Hacía poco, alguien le dijo que era lo único que le seguía recordando a lo que ella fue, era lo único que para aquel espectador no había mutado dentro de ella. Era la única ventana por la que mirar para poder intuir lo que su corazón helado albergaba, y sus labios congelados ya no compartían.
Pero simplemente dejaba que aquella ventana fuera admirada por quienes tuvieran el detalle de hacerlo. Reservaba sus pocos sentimientos para ella.Había aprendido a no compartir ciertos pedacitos de su ser. Había conseguido ser quien ella quería ser a pesar, de que para llegar a ese punto, tuvo que llorar hasta doler. No solía recordar, pero cuando lo hacía no sentía aquello que creyó nunca poder dejar de sentir. Sonreía, y eso la dejaba boquiabierta.
Sonrisa tras sonrisa, la conversación fluía. Locuras de esas noches que se alargan hasta que el sol lleva alumbrándo ya unas horas. Conociendo nuevos lugares en los que continuar hablando sin parar…Ella, a la que le encantaba hablar.

Su capacidad de síntesis había muerto. No podía contar su historia sin dar hasta el más mínimo detalle de la misma. Fotografiaba sin cámara cada momento, cada minúsculo gesto de quien se cruzaba en su camino. Sabía que su memoria era de perderse en el tiempo, sabía que esta no iba a recordar todos los grandes momentos que ahora estaban incrustados en ella.

Mientras, su corazón seguía cerrado por vacaciones, proporcionándola una paz que no recordaba haber sentido jamás.

Recibió aquel mensaje lleno de música.Aquel que nadie más podía ver. Letras que hizo propias y de las cuales nacen las últimas frases de este post.

"Sentir es escribir, escribir es sentir.Sólo ante el papel puedo liberar tensiones…Si esta es mi droga yo te invito a un gramo”. 

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