Una carta a todo aquello que soñamos y no se cumplió o lo hizo para desaparecer entre las sombras. A todo aquello que nos ayuda en temporadas concretas a soñar con una sonrisa, a lo que nos quitó el sueño suspirando o ilusionándonos según el momento. Una carta dedicada, por una persona que normalmente se parapeta en el cinismo sano, en la desconfianza sin preocupaciones, en el ruido que provoca el silencio...Pero que por un instante deja de lado todo eso, para escribir a esos sueños supuestamente "desgastados de soñarlos".
Es cierto que vamos puliendo sus bordes, vamos limando su superficie, haciéndo que estos sean cada vez más pequeños...No sé quién me dijo, que eso es crecer. Pero no desaparecen, siguen con nosotros, mutando, y quizá convirtiéndose en más pequeñitos, pero estar, están.
Posiblemente eso sea bueno, en contra de lo que muchos creímos en un momento de pérdida de rumbo, de desilusión, ¡de lo que sea!. Pero realmente nos ayuda a valorar con más fuerza un pedacito de sueño, sin necesidad de que sea completo ni perfecto. Basta con que exista para sentirnos, como si nos regalaran el mundo envuelto en un lazo rojo.
Así que a aquellos que se parapetan tras el traje de un millón de caras, quiero decirles que la cínica, recuerda que la esperanza debe existir, la ilusión es sana incluso cuando se transforma con el tiempo en algo muy distinto, que lo vivido siempre es razón de sonreír aunque haya acabado entre sollozos, y que los sueños son eso, sueños, pero dignos de ser soñados.
Desgastemos sueños, porque eso significará que seguimos teniéndolos ;) . (Pie de foto).
:(
ResponderEliminarYai, no pongas carinas d pena...
ResponderEliminar"Desgastemos sueños, porque eso significará que seguimos teniéndolos ;) "