domingo, 17 de julio de 2011

El mago de la música.

Tres rosas recién cortadas cobre la mesa.El aroma de éstas invade la habitación.Ella respira dejando que ese olor haga volar su imaginación.Una canción escuchada en bucle, un millón de veces mientras sigue pensando en la vida, en cómo cambian las cosas, en cómo en unos minutos todo y todos podemos dejar de ser aquello que hemos sido en el pasado.

Esperanzas de presente, sin que le moleste el pasado, sin buscar posibilidades de futuro....El ahora es lo que cuenta, lo único que cuenta.

Se ve desde fuera, como si alguien la estuviera enseñando a escondidas su propia vida desde una mirada ajena.Se observa a si misma escribiendo en una servilleta una canción.¿Desde cuándo ella escribía canciones?, pensó para si mientras intentaba no perderse un sólo detalle de esa estampa en la que su otro yo era protagonista.

Por primera vez en su vida, las letras rimaban, tenían sintonía unas con otras.Creaban historias como siempre, pero como nunca.Esta vez no las leería, las cantaría.Eso lo cambia todo.

Siguió pensando en las posibilidades...se dió cuenta de que esa letra no llegaría jamás a ser escuchada...¿Quién le pondría la música a sus palabras?.

Sonó el teléfono...En el momento justo en el que sus letras no tenían ritmo, en ese momento la llama un músico.Un músico de los que no necesitan una banda, de los que no necesitan un gran público....sólo necesita una guitarra y una letra a la que mecer con sus notas.

Su canción iba a ser escuchada.Gustara o no, lo importante es que iba a ser realidad.No iba a formar parte de ese cuaderno de letras escritas desde la necesidad de desahogo que permanecían guardadas en un cajón bajo llave, y que siempre estarían así.

Ella se alegró.Se sintió tan bien que sin decirle nada, colgó el teléfono y corrió hacia su casa con la única finalidad de abrazar al mago que convertiría sus palabras en algo que poder bailar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario