lunes, 4 de julio de 2011

Una mujer que sabía lo que era vivir.

Hacía mucho que su memoria había borrado partes de su pasado.Hacía demasiado que no recordaba situaciones vividas con anterioridad a una fecha que marcaría su presente y futuro.
Cada día era algo nuevo, algo que ella por malo que fuese transformaba en algo de lo que reirse.
Empezó a tener fans de esa vida subrealista que contaba, en la que la normalidad no tenía cabida.
Compañeros de vivencias que en la distancia escuchaban y reían mientras ella narraba sus historias rocambolescas pero reales.
Muchas cosas buenas, otras tantas no tanto que transformaba en humo de cigarro mientras contaba la versión circense de las mismas.
Todas las recetas tienen un ingrediente secreto, ese que hace que sean especiales al paladar de los demás y al propio.Y esta mujer, que lo único claro que tenia era que "su vida era vida" por la intensidad con la que le acompañaba, esta mujer que siempre era de reir o llorar, se encuentra con que las lagrimas se pueden transformar en momentos cómicos con ese ingrediente especial.

Y de pronto alguien que la provocó sonreir, que la hizo reirse como hacía mucho tiempo no podía, por una mala curva del destino la hizo volver a tener algo que contar.Algo que había que intentar edulcorar para que pudiese formar parte de esa historia única a ojos de quienes la observaban desde fuera.

Es curiosa la preocupación.No es manejable, ni tan si quiera manipulable en su parte más ínfima.Simplemente existe.

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