En toda vida, hay un momento (o varios) en los que el camino
se llena de niebla impidiendo que podamos ver la meta, eliminando las imágenes dibujadas
de aquellas cosas que teníamos pensado cumplir cuando llegáramos a cierta curva.
Nuestra cabeza da vueltas a revoluciones inapropiadas, determinando lo que
queremos para nuestro futuro…Que curioso que a pesar de madurar y de crecer no
aprendamos! Inevitablemente nuestra naturaleza nos empuja a “planear”, pero
siendo dueños de nuestros pensamientos, ¿cómo después de todo lo vivido en un “pasado
incorrecto” podemos seguir jugando a imaginar?. Hoy he recibido una llamada que
me ha hecho pensar en todo esto. Un personita que de pronto sin entender la
razón, ha dejado de ver ese sendero que él mismo construyó, temeroso de dar un
solo paso, pues no ve el suelo que le mantiene en pie.
Esos momentos de oscuridad, nos hacen pensar que nuestros
deseos se acaban convirtiendo en nuestros demonios. Pero a pesar de no ver
claridad, deberíamos saber siempre donde está el norte, y no dejar de “desear”,
y no dejar de “imaginar”, y no dejar de “arriesgar”. Es mejor quemarse aunque
duela, que nunca saber qué es sentir calor en la piel.
Por propia experiencia y ajena adquirida a base de quitar
peso a quienes quiero, te digo que “las lágrimas que ahora son charquitos a tus
pies”, te ayudaran a que tu barquito de papel navegue y llegue a puerto seguro.
Lo malo pasa, al igual que lo bueno… Por eso te digo de
nuevo que sigas buscado esa luz, pero dentro de ti,no fuera… Que sigas agarrándote
a lo que te hace sonreir,a pesar de saber que te puedes quemar…Y sobre todo que
no dejes pasar la oportunidad de ser feliz, aunque esto implique un riesgo y
una complicación.
No dejes que nada, ni nadie, pasado, o presente, te haga
sentir que estás viviendo porque sí!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario