martes, 8 de noviembre de 2011

Vendieron minutos...


El punto de encuentro lo marcaban unas letras mayúsculas como si de la X en un mapa del tesoro se tratase. Un saludo conocido y esperado. Comenzaron a moverse sin que ella supiera a dónde. Los nervios son mínimos pero existentes. Las palabras continúan brotando mientras las miradas se encuentran en determinados puntos de aquella carretera.
Los minutos pasan rápidos por comodidad, supone ella. Llegan al fin a aquel lugar que quiso regalarla porque sabía que le gustaba. Vendieron minutos, compraron sonrisas.”””.
El viento protagonizaba la escena, convirtiéndoles en meros figurantes mientras se contaban historias sobre aquel lugar. Su mirada clavada sobre aquel estanque donde una pareja de patos nadaban sincronizados. Bella danza que los humanos imitan.
Un puñado de frases sinceras que a ella le encantaba escuchar, no tanto por el contenido sino por parecer puramente verdaderas.
Su sonrisa no desapareció, a pesar de que las horas pasaban libremente frente a sus ojos.
Volvió a casa como una “brujita”.



2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho a pesar de no entender lo de "Volvió a casa como una “brujita”"

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