El punto de encuentro lo marcaban unas letras mayúsculas
como si de la X en un mapa del tesoro se tratase. Un saludo conocido y
esperado. Comenzaron a moverse sin que ella supiera a dónde. Los nervios son
mínimos pero existentes. Las palabras continúan brotando mientras las miradas
se encuentran en determinados puntos de aquella carretera.
Los minutos pasan rápidos por comodidad, supone ella. Llegan
al fin a aquel lugar que quiso regalarla porque sabía que le gustaba. Vendieron
minutos, compraron sonrisas.”””.
El viento protagonizaba la escena, convirtiéndoles en meros
figurantes mientras se contaban historias sobre aquel lugar. Su mirada clavada
sobre aquel estanque donde una pareja de patos nadaban sincronizados. Bella
danza que los humanos imitan.
Un puñado de frases sinceras que a ella le encantaba
escuchar, no tanto por el contenido sino por parecer puramente verdaderas.
Su sonrisa no desapareció, a pesar de que las horas pasaban
libremente frente a sus ojos.
:) !! Muy bonitín.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho a pesar de no entender lo de "Volvió a casa como una “brujita”"
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