miércoles, 30 de noviembre de 2011

Agua, siempre agua! :D


No podía imaginarse un momento importante o mágico sin que hubiera agua cerca. Quizás ella buscaba inconscientemente que este elemento estuviera en su vida, o quizás era simple coincidencia…Lo único que sabía es que cuando necesitaba pensar, relajarse o sentirse especial desde su auténtica normalidad, siempre acababa rodeada de agua. Hacía demasiado que no veía el mar, y eso de vez en cuando la provocaba un sentimiento melancólico que intentaba envenenar su sangre, sin conseguirlo.
Recordó la última vez que estuvo en una playa, no pudo sentir la arena. Pasó junto a ella, la pisó calzada, pero no pudo sentirla entre los dedos de sus pies. Se alegra de que pasara aquello, porque ahora sabe que nunca más dejara que un momento así se pierda, no dejara pasar la oportunidad de sentir eso que tanto la gusta. Ella ya no consiente la pérdida de situaciones, aprende de las perdidas pasadas dándose cuenta de que todo sirve para algo.
Cierra los ojos, y se transporta a un tiempo pasado, en el que si se sentó sobre la arena. Puede sentir perfectamente el frío de la arena, puede oir nítidamente el sonido del mar, puede ver con perfecta definición las siluetas de las olas. La marea embravecida golpea contra las rocas mientras ella sólo siente que siente. Y eso no es poco!. Se supone que todos sentimos, pero en ocasiones hay personas que dejan de hacerlo…Y cuando recuperan ese momento mágico a pesar de no serlo, su respiración se ralentiza, su cuerpo se relaja, y sus constantes vitales se transforman en constantes.
La marea acaba sacando del mar todo lo que no le pertenece. Se encarga de limpiarse a sí mismo, escupiendo lo extraño a la orilla.



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