jueves, 1 de diciembre de 2011

Mezclando gotas.






Días en los que se quiebra tu chaleco antibalas. A pesar de ser una persona feliz, que había conseguido encontrarse a si misma, una persona que se consideraba privilegiada por encima de todo...A pesar de eso, también tenía "días raros". En ocasiones, muy puntuales, ella también necesitaba que la abrazaran, y eso era más fácil si tenía delante a cualquiera de los cuatro elegidos con los que a ella le daba igual mostrar cierta "vulnerabilidad", pero ahora no los tenía a mano. Su sonrisa, en ese día extraño, se alimentaba con frases de sus amigos, que en la distancia parecia que se habian puesto de acuerdo para justo en ese momento decirle todo lo que se le echaba de menos, lo que le necesitaban. Pero a la vez aquello le hacía pensar, tenía muchas ganas de volver a estar rodeada de quienes le calentaban cuando hacia frío, pero tambien pensaba en que aquel libro que llevaba escribiendo un tiempo se acabaría según sintiera en su rostro el frío de su ciudad tan lejana a lo narrado en las últimas semanas. Curiosa mezcla la que resulta de poner en un recipiente unas gotas de alegria y de pena, cuando ambas las produce la misma acción. Este día en el que su sonrisa, a pesar de no haber desaparecido, andaba mas distraida, tenía un previo, un macking off que era en gran parte el responsable de su estado. Circunstancias que te recuerdan que tienes un pasado, uno en el que fuiste herida con una flecha envenenada. Sabe que esta totalmente curada de ello, pero aun asi la cicatriz siempre quedará ahi para recordárselo. Ella veía su "marca de guerra" sin pararse a pensar ni un segundo en lo que la produjo, hasta que alguien se apoyaba sobre ella, y a pesar de no doler ya, le producía una sensación grimosa. 





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