martes, 24 de enero de 2012

Cantos de Sirena.


Un día sin previo aviso él se acordó de ella. Comenzaron a charlar como siempre, sin necesidad de temer silencios, eso era una cosa que entre ellos nunca había existido. En otro tiempo, hablaron mucho, compartieron mucho, y por todo ello, le guardaba mucho cariño a ese compañero de vivencias, de llamadas, de risas y de muchas cosas. A pesar de que ya no pasaban las horas contándose su día, riéndose de su alrededor, comentando sus jugadas, él apareció y a ella le agradó saber de él.
Se preguntaron por sus vidas en las semanas que no habían hablado, pero como siempre con un toque especial, no tenían ningún tabú, se contaban lo más íntimo, aunque implicara bajarse los pantalones, demostrar debilidad, o demostrar la estupidez humana… Se entendían, ¡siempre lo hicieron!.
Coleccionaban trocitos de vida paralelos en ciertos aspectos, a pesar de ser tan distintos ella siempre pensó que eran muy iguales. Cuando se conocieron venían los dos del mismo camino, compartieron parte de él, y continuaron complicándose en brújulas ajenas asemejando situaciones, pero a la inversa.
Las letras se encaminaron a un advertencia: “Cantos de sirena”… Con eso me lo dijo todo, sin tener que decir nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario