miércoles, 25 de enero de 2012

Sentir.


Dentro de su exigencia extrema a la hora de querer a alguien….
Nunca había sido muy exigente respecto a la gente que compartía con ella su vida. Era de esas personas que cuando quería solía hacerlo teniendo en cuenta los fallos ajenos, respetándolos hasta el extremo. La base de la bondad de quienes formaban parte de su mundo le era suficiente para alimentar sus relaciones.  Esos fallos no eran grandes, ni importantes, sino cosas como que sepas que una amiga no coge el teléfono para llamarte y eso no significa que no te extrañe… Personas que necesitan que no les hables de ciertos temas, a pesar de que te mueres por hacerlo… Gente que mira egoístamente para sí, sin que eso implique que no les importes. Siempre valoró lo bueno por encima de lo malo.
Pasan los años, pasan las historias, y con el tiempo seguía igual, pero distinta. Continuaba no pidiendo más cosas de las que recibía, asumiendo esas pequeñas “marcas de conducta” que todos tenemos, pero en ocasiones concretas eso si había cambiado ligeramente.
El pasado siempre sirve. Aunque creamos haber perdido el tiempo, no lo hemos perdido sino invertido en ser lo que somos. Su pasado le enseñó lo que no quería para su futuro, a pesar de no tener muy claro lo que si deseaba. Era una persona curiosa, con mil defectos a los que le encontraba el lado positivo. No quería compartir trozos de ella con personas que no la valorasen, que no arriesgaran por su compañía, que no vieran en su persona ese “algo especial” que ella no veía… Lo cierto es que le gustaba la gente complicada, pero sólo aquellos que le hacían más sencilla la vida. No le gustaban los retos como en el pasado. Muchas veces tuvo que luchar por pasar más tiempo con alguien, por conformarse con el “sin detalle”, por ser feliz con lo que le aportaban los demás aunque no fuera suficiente. Y hasta hace unos días no había pensado en ello… No quería conformarse, no quería ser quien luchase, no quería tirar de carros propios y ajenos… Para variar deseaba que fueran los demás los que lucharan por tenerla al lado, por disfrutar de lo poco bueno y mucho malo que ella representaba.
Sentir implica luchar y arriesgar… A pesar de que queramos no hacerlo, si no luchas, pierdes sin darte la oportunidad de lo contrario. Si lo haces, te arriesgas a ser feliz. ¡Cada uno decide!.

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