martes, 6 de diciembre de 2011

Cuestión de fotos...


Aquella mujer que siempre había caminado dudosa por la vida asegurando su memoria a golpe de fotografía, de pronto sentía firmeza en sus pasos, en sus decisiones aún cuando se veía  claramente un tinte incorrecto en las mismas. Para ella todo era digno de admiración, de pasar al recuerdo…En ocasiones una piedra, una simple piedra, era lo suficientemente especial como para tener que inmortalizarla a pesar de que posiblemente a ojos ajenos fuera “parte de un decorado diario”.  Hacía tiempo que sus cámaras permanecían dentro de su bolso, sin darles la oportunidad de guardar ciertos instantes para el futuro. No sabía por qué pero lo que antes era una constante se había convertido en algo que, para ella, pasaba desapercibido. Todo la seguía llamando la atención, pero no tenía la necesidad de disparar su flash para recordarlo.
Un día se encontró frente a aquella gran caja blanca en la que guardaba todas sus fotos, las que ella hizo, las que le hicieron…Su pasado cabía en una caja. Comenzó a verlas intentando seleccionar aquellas que la hicieran sonreír de un modo distinto. Todas le provocaban buenos recuerdos, sonrisas correctas, pero ella no quería adornar su pared con “pasado correcto”, sino con ese pasado que la hiciera sonreír hasta el infinito sin necesidad de nada más.
Se dio cuenta de que el puñado de las que había seleccionado era mínimo en comparación con lo que seguía quedando apartado en esa caja… Un escalofrío recorrió su cuerpo, impulsándola, empujándola a coger una de sus cámaras para comenzar a fotografiar, para empezar a crear un “nuevo pasado” .Su presente era digno de inmortalizar, pero a la vez, exprimía tanto cada segundo que no se acordaba de enfocar el momento más allá de en su cabeza y en su sonrisa.

“Prefería el flash de los ojos que la miraban. Prefería enfocar una sonrisa en su memoria.”


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