viernes, 23 de diciembre de 2011

Reflexiones navideñas...FELIZ NAVIDAD.


En estas fechas las personas sacamos del armario nuestra humanidad, esa que tan bien sabemos esconder el resto del año. De pronto todos pensamos en aquellos que no tienen qué comer, o que no tienen un techo bajo el que resguardarse del frío. Es curioso que el resto del año, paseemos por grandes avenidas, plagadas de personas cuya casa es un cartón y en muchas ocasiones ni siquiera fijemos nuestra vista sobre ellos. Me viene a la memoria uno de los recuerdos más claros que tengo de mi infancia. La primera vez que tengo memoria de haber estado en Gran Vía, Madrid. Me veo desde fuera, con esa perspectiva que da el tiempo, sin poder dejar de mirar a aquellas personas que no tenían nada. Recuerdo cómo mi madre, que siempre supo que había cosas que me afectaban de forma especial, me llevaba de la mano diciéndome que mirase al suelo…Su forma de proteger mi inocencia fue creando una burbuja en la que no existía nada malo. Pero cuando creces ves la realidad “gracias a Dios”, ves lo que a tu alrededor sucede, por mucho que intenten que desvíes la mirada unas veces para protegerte y otras para proteger intereses ajenos.
Me encantaría pensar que la bondad no es cosa de una fecha concreta. Me gustaría saber que tanto que se nos llena la boca de “humanidad” en esta época de villancicos, somos un cuarto de buenos con quienes tenemos al lado durante todo el año.
Me alegra observar que en un mundo estéril en el que la gente se pisa sin necesidad, compite con quien les tiende una mano, me he conseguido rodear de ángeles. Seres especiales que siempre están, que no dejan de sentir porque sea otro año nuevo, que no conocen la frialdad ni la inhumanidad.
Este año, enfrento estas fechas con un sentimiento especial. Quizá porque he vivido cosas que me han hecho plantearme mi vida de “norte a sur”, dándome cuenta del privilegio que es vivir con esa gente cerca que siempre han estado para bien o para mal… Gente vieja que son mi “familia elegida”, gente nueva que han conseguido hacerse un huequito en lo que yo soy.
Sólo puedo dar gracias por la suerte que tengo y deciros que me encanta poder ser la razón de vuestra sonrisa aunque sea de vez en cuando. FELIZ NAVIDAD.

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