¿Por qué todos creemos que la felicidad en parte depende de
no sentirse sólo, de tener a alguien al lado con quien compartir nuestra
existencia diaria tanto para bien como para mal, pero relacionándolo directamente
con que esto implique amor de quien ama, no de quien quiere?. Estaría bien que
comenzáramos a darnos cuenta de que esa “compañía” no tiene por qué ser una
pareja, puede ser un amigo, relación mucho más sana que aquella en la que el
corazón se ciega y hace que escupamos mil puñales por la boca. La opción de
compartir sentimientos con otra persona, es una buena opción, no digo lo
contrario… siempre y cuando nos percatemos de que nuestro mundo no comenzó
junto a ese ser, y por lo tanto no acaba en él. “Siempre existí, antes, durante
y después de quien sea que decida acompañarme en la vida. El único responsable
de tus éxitos, de tus virtudes, eres tú mismo, no quien los disfruta sentado en
el mismo sofá”. Ultimamente me he convertido en alguien a quién le confían los
problemas amorosos… Yo!?La menos indicada a pesar de que, a ojos ajenos, soy
algo así como una experta. Mi nueva perspectiva del mundo, ese que gira a una
velocidad desorbitada alimentando mi sonrisa, por lo visto es más que
alentadora… Mi irracionalidad, se convierte en “sentido común” cuando he de
aconsejar sobre el amor ajeno… Sin dar más que esas palabras que considero son
las adecuadas desde mi punto de vista (siempre), recibo un mundo, lo mejor que
se puede recibir, una sonrisa de quién hacía un minuto sólo podía llorar, unas
palabras mágicas: “no sabes lo que me has ayudado” de quien hacía segundos sólo
podía “escupir” palabras llenas de negatividad… Por esto mismo digo, que a
pesar de tener o no una pareja, nos tenemos que dar cuenta de que ya
compartimos nuestra vida con alguien, con esos amigos que pusieron su hombro
para que tu llorases y ahora te lloran en el tuyo, sin que eso suponga un
esfuerzo por ninguna de las partes.
Para esas dos personas, que últimamente se han apoyado en mi
para quitarles un miguita de su propio peso, les digo: que nada se acaba, que
todo empieza…Que el responsable principal de nuestra sonrisa somos nosotros
mismos…Y que estoy orgullosa de teneros junto a mi porque sois personas que "SENTÍS" con letras mayúsculas. OS QUIERO.
Una vez más, gracias, te quiero Nerea, gracias por tirar de mi cuando ni yo puedo sentirme a mi mismo...te quiero. Izan
ResponderEliminarNunca des las gracias por servirte de apoyo, cuando tú siempre has sido un pilar fundamental para mi...En vez de dar las gracias, prefiero que sonrias y que tengas muy claro que (como digo en el texto): "nada se acaba, todo empieza...".
ResponderEliminarTe adoro mi pequeño "roba-bolsos de viejitas"(jeje)!