Descubrió un lugar en el que el tiempo pasaba sin dejar
sensación de pasado. Donde nunca había sonreído en negativo. Un lugar que no
era nuevo pero al recorrerlo no lo hacía del mismo modo. Ese lugar le había
enseñado muchas cosas… Sabía que posiblemente en poco tiempo no podría volver a
refugiarse en él, que cambiaría de ubicación en el espacio, que un día al abrir
los ojos habría mutado y ya no estaría donde siempre. Pero aún así guardaría un
buen recuerdo de aquello. Ese sitio le había regalado protección, calidez, mil detalles a los que ella no estaba
acostumbrada. Entre aquellas “no-cuatro paredes” se había sentido única por
primera vez en su vida, al menos a ese nivel,
ese que ella creía que no existía.
Se alegraba de haber conocido aquello, aunque se despediría
pronto lo más seguro. Su satisfacción no iba a ser efímera, permanecería en su
recuerdo aún no existiendo ya.
Hay quien se fuerza a no sentir, y quien simplemente no lo
hace…Hay quien a pesar de ni intentarlo, siente en censurado, y este era su
caso.
Se sentía a gusto en su situación actual, a pesar de que en
cuanto algo no la cuadraba su cerebro reculaba hasta el infinito. Ahora estaba
en ese punto en el que no sabía muy bien por qué, pero su postura indicaba que
iba a darse la vuelta al menos para dar un par de pasos en esa dirección.
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